- Detalles
- Escrito por Marisa Carrero
Primero, meteorólogo en las fuerzas aéreas, después repartidor de correos, y más tarde guardia de seguridad; es poco probable que un artista recorra caminos tan diferentes hasta llegar al arte, tal y como hizo Dan Flavin. De sus dibujos infantiles y de su formación en el Immaculate Conception Preparatory Seminary de Brooklyn (barrio en el que nació, en 1933) pasó a alistarse en las fuerzas aéreas, donde se formó como meteorólogo, y de ahí, a la New School for Social Research para estudiar Historia del Arte, para trabajar después en la sección de correos del museo Guggenheim de Nueva York.
Primero, meteorólogo en las fuerzas aéreas, después repartidor de correos, y más tarde guardia de seguridad; es poco probable que un artista recorra caminos tan diferentes hasta llegar al arte, tal y como hizo Dan Flavin.
imagen: Dan Flavin’s Fantastic Lights, disponible en http://imgbuddy.com/
De sus dibujos infantiles y de su formación en el Immaculate Conception Preparatory Seminary de Brooklyn (barrio en el que nació, en 1933) pasó a alistarse en las fuerzas aéreas, donde se formó como meteorólogo, y de ahí, a la New School for Social Research para estudiar Historia del Arte, para trabajar después en la sección de correos del museo Guggenheim de Nueva York, y más tarde como guardia de seguridad en el American Museum of Natural History de esta misma ciudad, donde comenzó su relación más directa con el arte al conocer a artistas como Ward Jackson, Barbara Rose o Bruce Glaser, aunque empezó su obra bajo la influencia de Duchamp y del Expresionismo Abstracto. Flavin, vinculado al movimiento minimalista, inició su vida artística a finales de los años cincuenta, primero interesándose por la pintura y, más tarde, haciendo de la luz fluorescente el eje su obra y mostrando así, el papel que desempeñaban los materiales tecnológicos cotidianos en el arte.
Imagen (izquierda): Crushed can, disponible en https://www.nga.gov
Para sus primeras creaciones, utilizó la acuarela, el collage y la fotografía, con los que montó su primera exposición individual en la Galería Judson de Nueva York, en 1961, dentro del movimiento expresionista, pero dando ya sus primeros pasos en la incorporación de la luz eléctrica a sus esculturas. Es así como surge la colección Iconos (Icons Series), en 1963, formada por una serie de composiciones simples consistentes en luces verticales que consiguen destacar la energía y el color que se encierran en estas luces, y que crean una atmósfera especial que, para algunos críticos, invita al misticismo y la reflexión. La más representativa es la que dedicó al monje Guillermo de Ockham The Nominal Three (To William of Ockham) (El tres nominal) en referencia al axioma de este filósofo.
Imagen: The Nominal Three, disponible en http://www.museoreinasofia.es/
Dan Flavin, definido como «el escultor de la luz fluorescente», continuó trabajando con la luz y sobre todo con el color, ayudado por las nuevas tecnología industriales, centrado en que sus esculturas transformaran la atmósfera donde se instalasen, a través de los efectos ópticos creados por los tubos de color amarillo, azul, rosa y rojo. Surge así su obra Diagonal of May 25, dedicada a Brancusi, la primera en la que utilizó el tuvo fluorescente y con la cual queda totalmente integrado en el movimiento minimalista, presentada en la Green Gallery de Nueva York. De hecho, participó en 1966, en una exposición que se hizo sobre este movimiento en el Jewish Museum, con la obra Estructuras Primarias (Primary structures).
Imagen (izuierda): Diagonal of Personal Ecstacy (1963), disponible en http://www.examiner.com/, 10 de julio de 2012
Imagen (derecha): Dan Flavin Lights 11, disponible en http://trendland.com/
Después de estos trabajos, llegarían sus grandes instalaciones de luces fluorescentes, posiblemente la más destacada fue la que realizó para Documenta 4 en Kassel, en 1968, una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes del mundo. Después vendrían otras como la que realizó para la Galería Nacional de Canadá en Ottawa, en 1969. En estas obras, más complejas, el artista estudia también los aspectos arquitectónicos, como ocurre en Untitled, de 1968, una barrera de neones que cierra la propia sala a la que ilumina.
La lógica evolución de su obra se iba haciendo cada vez más compleja, más grande. En 1974, la Dia Art Fundation, no solo adquirió numerosos trabajos del artista, sino que estuvo dispuesta a financiar sus más ambiciosos proyectos, como por ejemplo, sus trabajos exteriores para el Kunstmuseum Basel, en 1975. A este le siguieron, entre otros, la iluminación de las vías del tren de la Gran Estación Central de Nueva Yor (1977) y la instalación permanente hecha para la Iglesia Baptista de Bridgehampton, sede de lo que después sería el Instituto de Arte Dan Flavin, creado en 1983 para mostrar su trabajo de forma permanente. Posiblemente, estos fueron excelentes «ensayos» para la que fue su obra más importante de las hechas a gran escala, la iluminación de la magnífica construcción que Frank Lloyd Wright diseñó para el Guggenheim Museum de la ciudad neoyorquina, y que Flavin realizó para conmemorar su reapertura en 1992. Otras de sus intervenciones en la arquitectura fueron las que realizó por ejemplo para el Hamburger Bahnhof de Berlin, la Chianti Foundation in Marfa, Texas, y la iglesia de Santa Maria Annunziata, en Milan, todas en 1996.
Imagen (izquierda): Dan Flavin, disponible en http://baseljournal.ch/
Imagen (derecha): The Guggenheim NewYork, disponible en http://inewsdesign.com/, 10 de junio de 2013
A lo largo de estos años, se fueron realizando diferentes exposiciones en distintas lugares del mundo. Por ejemplo, en nuestro país, el Museo de Arte Reina Sofía organizó una importante retrospectiva que hubiera sido la primera desde la que se llevó a cabo en 1969. Sin embargo, no fue reconocida como tal por el artista, al situarla, exclusivamente, dentro del movimiento minimalista, algo que no convenció al escultor, quedando este «honor» para la exposición celebrada años más tarde en París, en 2006, como parte del proyecto organizado por la Dia Art Foundation de Nueva York, en colaboración con la National Gallery of Art, de Washington, en 2004, viajando después a Fort Worth (Texas) y a Chicago. Otra de las ocasiones en las que se pudo contemplar la obra de Dan Flavin en España fue en la galería Helga de Alvear, de Madrid, donde se expusieron cinco piezas del artista creadas entre 1990 y 1995.
Dan Flavin moría en 1996 en la ciudad en la que había nacido, Nueva York, dejando atrás un legado que él consideraba menos «un hacer» y mucho más «un pensar», y así lo explicaba después de crear su obra Diagonal: «Me gusta más el arte como pensamiento que como trabajo. Lo he afirmado siempre (...). Es una proclamación: el arte es pensar».
imagen: Dan Flavin Mumok, disponible en https://artpjf.wordpress.com
- Detalles
- Escrito por Marisa Carrero
«Mi trabajo es sobre el espacio y la luz que habita en él. Se trata de cómo se puede hacer frente a ese espacio y materializarlo. Se trata de tu visión, como el pensamiento sin palabras que proviene de mirar hacia el fuego».
Estas palabras son suficientes para definir la obra de este artista californiano que ha pretendido encerrar la luz en un solo espacio, y que ha hecho de estos dos elementos los ejes de su obra.
Imagen: James Turrell, disponible en http://www.blueverticalstudio.com/
James Turrell nació en Pasadena (1943), California, un lugar indudablemente lleno de luz y su trabajo como cartógrafo, a los dieciséis años, posiblemente fuera el origen de su atracción por el espacio. Más tarde, estudiaría percepción psicológica en Pompona College, en 1965, además de matemáticas, geología y astronomía. No fue hasta 1966, cuando dio el paso a los estudios artísticos en la Universidad de California, realizando sus primeros trabajos basados en la proyección de la luz. Fue entonces, en 1967, cuando tuvo lugar la muestra en solitario de su obra Projection Pieces, en el Museo de Arte de Pasadena, en la que utilizó proyectores de alta intensidad con el fin de modificar los espacios a través de la luz.
Imagen (izquierda): Carn White, disponible en http://www.kaynegriffincorcoran.com/
Imagen (derecha): The Wolfsburg Project, disponible en http://blog.vaffanculomag.com/, 21 de marzo de 2013
Después llegarían otra serie de trabajos desarrollados en su estudio de Santa Mónica. En esta ocasión, transformó completamente el Hotel Mendota, abriendo huecos en sus paredes y techos, cambiando las persianas y tratando de integrar el paisaje urbano en su interior. Su finalidad era cambiar la percepción de quienes entraran en él, a través de la luz y su proyección por el edificio. A partir de aquí fueron surgiendo diferentes proyectos en los que investigó sobre la percepción del espacio y la proyección de la luz a través de él. Son las obras recogidas bajo el nombre de Shallow Space Constructions.
Estos proyectos hicieron que muchos estudiosos de su obra hablaran sobre ese toque de espiritualidad de las mismas, al parecer resultado de su formación cuáquera. Sea cierto o no, su manejo de la luz transforma los espacios en lugares para meditar, haciéndolos más intimistas y cambiando nuestra percepción sobre ellos. Según Clavin Tompkins, del New Yorker: «Su trabajo no es sobre la luz, o una alabanza de la luz, es la luz; la presencia física de la luz manifestada de una forma sensorial».
Su formación filosófica a menudo le lleva a citar la parábola de la cueva de Platón, como base para su percepción de las cosas a través de la luz: nuestros sentidos están limitados por nuestro entorno y nuestra cultura y nuestra realidad es la que nosotros creamos. A partir de aquí surgen sus Skyspaces (Espacios celestes), habitaciones con un vano en el techo por donde ver el cielo, espacios que nos dan la opción, como espectadores, de crear nuestra propia visión de los cambios que se van produciendo en la luz y el color.
Imagen: Arrowhead, disponible en http://jamesturrell.com/
Con estos principios estéticos, quién sino él podía transformar un volcán inactivo en una obra de arte. Así, en 1974, empieza su proyecto más ambicioso, llevado a cabo en el volcán Roden Crater, en Arizona, en el que el artista ha ido creando, a lo largo de los años, su propio paisaje desde el interior del volcán, escavando túneles, abriendo pequeñas cámaras, etc. Un proyecto que aún está en marcha y que ha compaginado, durante las últimas décadas, con numerosas exposiciones y trabajos que han visitado museos como el Guggenheim, el Whitney Museum of American Art de Nueva York, los museos de arte contemporáneo de Los Ángeles y de San Francisco y la Colección Panza de Biumo en Varese, Italia.
Imagen (izquierda): Arrowhead, disponible en http://tlmagazine.com/
Imagen (derecha): Roden Crater, disponible en http://www.wired.com/, Mayo de 2013
Al mismo tiempo que supervisaba la marcha de este gran proyecto, seguía creando y realizando exposiciones. Por ejemplo, su obra Meeting, en 1986, para el MoMA PS1 en Nueva York, o Irish Sky Garden, su creación de 1992 para el hotel Liss Ard Estate, en Irlanda. Después llegaría una nueva serie de sus Skyspaces: Kielder Skyspace (2000) en Inglaterra, Sky-Space (2006) en Salzburgo y Second Wind 2005 en Cádiz.
Su trabajo en Cádiz (2009) fue el primero en nuestro país. Y para realizarlo, Turrell estuvo en persona eligiendo el terreno para su construcción; un terreno en pendiente que permitiera crear una estructura subterránea y en su interior una estupa de piedra sobre una cisterna con agua, a la que se accede por un túnel, y una abertura en el techo que permite ver un trozo de cielo. Se trata de que el visitante pueda contemplar esta estructura durante aproximadamente una hora y media, el tiempo necesario para disfrutar de los distintos colores que trae el atardecer.
Entre nuevos retos y proyectos, como Wolfsburg Project, en Alemania (2009), una instalación que iluminaba un área de 700 metros cuadrados, o su trabajo en el Yucatán (México), llamado Agua de luz, en donde ha creado una serie de sus Skyspaces junto a unas piscinas, dentro de una pirámide (2010), llegó la mayor retrospectiva que se había hecho sobre su carrera. Llevada a cabo en tres lugares diferentes durante todo el 2013 y parte del 2014 (Los Angeles County Museum of Art, Museum of Fine Arts, de Houston y Solomon R. Guggenheim Museum, New York), se trataba de utilizar la arquitectura de cada edificio para crear una masa de colores en movimiento similares a sus Skyspaces, además de contar con dibujos y bocetos de su gran proyecto Roden Crater.
Imagen (izquierda): Light Inside 2, disponible en http://hirambutler.com/
Imagen (derecha): Guggenheim, disponible en http://www.bustler.net/, 20 de mayo de 2013
A lo largo de su vida, y dada su trayectoria, no es nada raro el número de premios y reconocimientos recibidos: el Genius Grant , de la Fundación John D. and Catherine T. MacArthur, la Medalla Nacional de las Artes, o el más reciente Premio de Arquitectura, de manos del propio presidente Obama . Además cuenta con el Museo James Turrell, levantado en la Bodega Colomé, en Argentina como parte de la colección de Donald Hess. Él, mientras tanto, reside tranquilamente en Flagstaff, Arizona, mientras continua supervisando los trabajos que se llevan a cabo en su gigantesco proyecto del cráter Roden.
Los admiradores de su obra siguen preguntándose cómo deben observar lo que ven, a dónde deben mirar exactamente. Él les dice que se tomen su tiempo, que sus obras se pueden mirar desde cualquier punto, que cada uno tiene su propia mirada. Y añade: «No existe eso llamado luz artificial. Todas provienen del hecho de quemar algo y utilizar la luz que emana de ahí. Lo que cambia el tipo de iluminación depende de las características de lo que quemas y de la temperatura. No hay nada antinatural en ello.» Alguien que siente así la luz, solo puede crear arte con ella.
Imagen: Agua de Luz, disponible en http://jamesturrell.com/
Imagen (izquierda): Roden Crater, disponible en http://cargocollective.com/
Imagen (derecha): Kielder Skyspace, disponible en http://www.visitkielder.com/
Imagen: Rodencrator, disponible en http://web.guggenheim.org/
Imagen (Derecha): Sky Space 1, disponible en http://imgbuddy.com/
Imagen: Aten Reign, disponible en http://design-milk.com/
James Turrell | Art21
- Detalles
- Escrito por Marisa Carrero
Para este escultor nacido en Bombay (1954) y residente en el Reino Unido, el origen o las raíces nada tienen que ver con la obra de un artista: «No creo en la idea del origen étnico (...). Para mí, ser un artista español, americano o inglés viene a ser igual. Lo importante es la obra». Esto sorprende sobremanera cuando Anish Kapoor es hijo de padre hindú y de madre judía, criado en la India y formado en Gran Bretaña, sin embargo, nunca ha querido reducir su obra a las peculiaridades de sus orígenes porque, para él, lo realmente importante son las cualidades símbolicas y formales de su trabajo. Pero lo cierto es que no ha podido desvincularse de los colores brillantes de su tierra natal. Sus primeros años los pasó estudiando en la Doon School de Bombai y, más tarde, en 1973, se trasladó a Londres para estudiar en la Chelsea School of Arts and Design.
Para este escultor nacido en Bombay (1954) y residente en el Reino Unido, el origen o las raíces nada tienen que ver con la obra de un artista: «No creo en la idea del origen étnico (...). Para mí, ser un artista español, americano o inglés viene a ser igual. Lo importante es la obra».
Esto sorprende sobremanera cuando Anish Kapoor es hijo de padre hindú y de madre judía, criado en la India y formado en Gran Bretaña, sin embargo, nunca ha querido reducir su obra a las peculiaridades de sus orígenes porque, para él, lo realmente importante son las cualidades símbolicas y formales de su trabajo. Pero lo cierto es que no ha podido desvincularse de los colores brillantes de su tierra natal.
Sus primeros años los pasó estudiando en la Doon School de Bombai y, más tarde, en 1973, se trasladó a Londres para estudiar en la Chelsea School of Arts and Design. Siendo todavía estudiante, participó en diferentes concursos y muestras como la exposición Art into landscape, en 1974, en la Serpentine Gallery de Londres. Se fraguaba ya la figura de uno de los máximos representantes de la denominada nueva escultura británica, junto a otros artistas como Richard Deacon y Toni Cragg. Son los años en los que el artista experimenta con los pigmentos y también cuando empieza a crear esculturas abstractas hechas con materiales naturales como el granito, la piedra caliza, el mármol o el yeso: «Soy escultor, no tengo elección, me interesan los objetos». Surgen así obras como 1000 Nombres (1, 000 Names) que luego expondría en la Galerie Patrice Alexandre de París, en 1980, en su primera exposición individual.
imagen: 1000 names, disponible en http://www.museoreinasofia.es/
Aquí empezó su éxito, engrandecido después por otros logros obtenidos en diferentes exposiciones en Gran Bretaña y Estados Unidos, en las que, en ocasiones, sus obras se vendían incluso antes de la inauguración, como fue el caso de la que realizó en la Barbara Gladstone Gallery de Nueva York. Después llegaron los premios y reconocimientos como el Premio Duemila al Mejor Artista Joven, por su participación en la 44 Bienal de Venecia, en 1990, en representación del Reino Unido y, años más tarde, (1991), el prestigioso Premio Turner.
Sus trabajos continuaron exponiéndose en museos de todo el mundo como la Tate Gallery o la Hayward Gallery de Londres, el Deutsche Guggenheim de Berlín, el Reina Sofía de Madrid, o el Kunsthalle de Basilea, y en todos ellos iba evolucionando e innovando. Durante estos años, Kapoor realiza algunas de sus obras más representativas como En el centro de las cosas (At the Hub of Things), que se considera obra cumbre de los conocidos como «vacíos» y que da paso también a la serie de esculturas que realizaría después en piedra, entre las que destaca Adam (1988), considerada una de sus obras fundamentales ya que supone la plasmación de sus estudios e ideas sobre el espacio, una de las constantes preocupaciones de su trabajo.
Para él, una obra no debe guardar marcas de su manofactura o de su proceso de creación; debe ocupar su propio lugar y tener su propio valor, más allá del artista que la ha hecho, porque lo que importa es su contemplación.
Imagen (derecha) : It is Man, disponible en http://www.museoreinasofia.es/
No contento con la simple escultura, decide dar a sus obras un carácter arquitectónico y en su obra Descenso al limbo (1992), con la que participa en Documenta IX, necesitó, por primera vez, la construcción de un edificio que la albergara. Después vinieron una serie de pequeñas realizaciones independientes que demostraron aun más el interés del artista por el control del espacio. De hecho, su primera visita a nuestro país, en 1992, fue para colaborar con el arquitecto David Connor en la creación de Edificio para un vacío, en la Expo de Sevilla. Pero su espíritu inquieto necesitaba de nuevas expresiones y será también en estos años cuando empiece a experimentar con los espejos, tal y como hace en su obra Poniendo el mundo bocabajo (Turning the World Upside Down), de 1995.
/
En estos primeros años de la década de los noventa, el artista parece especialmente interesado en las dimensiones, en cómo aumentarlas, en cómo incluir al espectador en ellas: «La escala lo es todo en escultura. No temo hacer piezas grandes pues la enormidad es una de las herramientas de la escultura. Por eso es importante tener en cuenta el significado y el sentido de una pieza que nos seduce con su poesía».
Esta búsqueda, esta inquietud fue evolucionando hasta desembocar en una de sus obras más representativas, Marsyas, creada para la Tate Modern de Londres, para la serie Unilever, de la Sala de las Turbinas, en 2002. Con ella, el artista juega descaradamente con la escala humana haciendo que sus dimensiones hagan imposible verla desde un solo ángulo, de manera que el espectador deba caminar a su alrededor. Su intenso color rojo y su nombre, relacionado con la mitología griega, son el aspecto terrenal y, al mismo tiempo, espiritual de ese juego de contrarios que caracteriza la obra de este artista.
Imagen (izquierda): Ben Hoyle, disponible en http://www.thetimes.co.uk/
Imagen (derecha) : Marsyas, 2002, disponible en http://www.museoreinasofia.es
Mientras, con su título de Comandante de la Orden del Imperio Británico bajo el brazo en reconocimiento por su contribución a las artes, da otro salto más en el estilo de su obra y crea Mi patria roja (My Red Homeland) (2003) donde el color de una enorme masa roja lo inunda todo, mientras un rodillo arrastra la cera muy lentamente formando un enorme círculo que se crea y se destruye a la vez, en una especie de autocreación que lleva al origen de las cosas: «Siento que soy realmente un artista abstracto y que hago arte abstracto. Una de las condiciones de la abstracción es precisamente su idoneidad para ir hacia el principio de las cosas (...). Es por eso por lo que me interesa que los objetos se autocreen, aunque sea una ficción».
Imagen: My Red Homeland, disponible en http://www.guggenheim-bilbao.es/
Un año después, Anish Kapoor realizará su primera obra de carácter público en los Estados Unidos. Se trata de la famosísima Puerta de las nubes (Cloud Gate), instalada en el Millenium Park de Chicago. Creada a base de placas de acero inoxidable, muy pulidas, se convierte en un gigantesco arco que refleja y distorsiona a la vez el entorno en el que está. Es casi imposible sustraerse a ella y los visitantes del parque sienten una atracción especial que les empuja a traspasarla, a rodearla, a acercarse a ella. Después de esto, su prestigo le lleva a protagonizar numerosas exposiciones alrededor del mundo: en Nueva York, en Italia, en Tokio, en Brasil, sin dejar nunca de buscar nuevas formas de impactar en el espectador y de alterar los espacios en los que este se mueve.
Y así surgió otra de sus grandes obras creada para un espacio público, Espejo del cielo (Sky Mirror), situada en el Rokefeller Center de Manhattan en 2006. Muchas fueron las interpretaciones que trataron de definir esta obra: un espejo que reflejaba el cielo, el cielo traído a la tierra; pero la realidad era, nuevamente, que el artista volvía a jugar con el espacio y con la percepción del mismo: a la habitual marabunta de tráfico y personas se contraponía el espacio de un cielo atrapado en el centro cóncavo del espejo, mientras en la parte convexa, los transeúntes podían verse a sí mismos.
Imagen: Cloud Gate, disponible en http://www.cityofchicago.org/
Imagen (derecha): My SkyMirror, disponible en http://newyorkdailyphoto.com/
Llegados a este punto, cualquiera puede comprender que Anish Kapoor no renuncia a ninguna vía; ninguna posibilidad esta descartada en su imaginación. Pasa de la piedra a la cera y de esta al acero más puramente bruñido, creando obras de cualquier tamaño imaginable y traspasando cualquier barrera que podamos imaginar. ¿Cómo si no fue capaz de idear, en 2008, su proyecto Valle de los Soportes Gigantes (Tees Valley Giants)? Solo alguien que no teme al espacio y a la percepción crea una escultura llamada Temenos (en griego, «terreno sagrado») que quedaría instalada en 2010; una enorme red «cazamariposas» de 55 metros de altura y 110 de longitud como primera de una serie de esculturas públicas repartidas por Teeside, al nordeste de Inglaterra, y que realiza en colaboración con el ingeniero Cecil Balmond. Sin duda, nos está invitando a que vivamos experiencias nuevas y únicas con su arte, lleno de incertidumbre y de sorpresas e irremediablemente impactante.
Imagen (izquierda): La Mayor Obra de Arte del Mundo(1): Kapor, disponible en http://es.paperblog.com/
Imagen (derecha): La Mayor Obra de Arte del Mundo(2): Kapor, disponible en http://es.paperblog.com/
Estos logros le llevan al encargo de realizar la gran Órbita ArcelorMittal (ArcelorMittal Orbit) para las Olimpiadas de 2012 de Londres, otra vez junto al ingeniero Cecil Balmond, creando una enorme torre de acero que gira sobre sí misma y de la que se puede descender por una enorme escalera de caracol. Todos los estudios, reflexiones y cálculos los hizo el artista al tiempo que organizaba diferentes exposiciones por todo el mundo. Sus obras se mostraron al público en Londres, San Petesburgo y Bilbao. Aquí, su exposición de 2011 en el Museo Gugenheim llenó de color las salas con obras tales como Amarillo o Mi patria roja, y el exterior, con sus reflejos, que se plasmaron en El gran árbol y el ojo, hecha a base de enormes bolas de acero inoxidable.
Imagen (izquierda): ArcelorMittal Orbit, disponible en http://anishkapoor.com/
Imagen (derecha): Tall Tree & Eye, disponible en http://www.guggenheim-bilbao.es/
¿Qué podía ser lo siguiente? ¿Que nueva obra vendría a sorprender de nuevo al espectador? Leviathan: «Un monstruo marino es grande, amorfo, incontrolable y provoca emociones". Y esto es lo que provocó Kapoor, todo tipo de emociones al crear otra enorme construcción de goma roja en forma de globos concebida expresamente para la cuarta edición del Grand Palais de París. Con el nombre del monstruo bíblico, estas enormes esferas dejaban al visitante pasear por su interior como si hubieran sido engullidos por un organismo vivo, las entrañas del propio monstruo. Por fuera, vemos unas enormes esferas que intentan buscar hueco entre los hierros y el vidrio de la enorme sala del museo parisino. El éxito de su exposición lo dedicó al artista Ai Weiwei que, en aquel momento, estaba detenido por las autoridades de Pekín.
Imagen (izquierda): Leviathan disponible en http://anishkapoor.com/
Sus creaciones han seguido recorriendo el mundo, llenando con sus «vacíos» tanto los espacios públicos como las salas de los museos. En 2012, lo vimos en la Lisson Gallery de Londres, en una retrospectiva de su carrera, tras las tres décadas de colaboración entre ambos. Después en Seul, en Sidney, en Estambul. Y en 2013, lo encontramos en Matsushima (Japón) con un enorme auditorio móvil para albergar los conciertos solidarios del festival Ark Nova, surgido tras el tsunami de 2011. Un ambicioso proyecto realizado en colaboración con el arquitecto japonés Arata Isozaki y que ha supuesto un nuevo concepto de edificio público: una gran membrana inflable que puede desmontarse tras el espectáculo y trasladarse a otro espacio.
Imagen (izquierda): Ark Nova Isozaki, disponible en http://www.uncubemagazine.com/
Imagen (derecha): Ark Nova, disponible en http://www.dezeen.com/
En su afán por investigar y experimentar con nuevos materiales y técnicas, ha llegado a colaborar con la empresa española Factum Arte para el desarrollo de una impresora 3D en cemento que deposita este material siguiendo el escaneado de un modelo previo. Y, actualmente, experimenta con un nuevo material de reciente creación, llamado Vantablack que el artista define como «un material alucinante, tan profundamente negro que tus ojos no pueden realmente abarcarlo todo».
Es muy probable que mientras lo consigue, Sir Anish Kapoor se pasee por las salas de su estudio de Peckham, en Londrés, en donde trabaja con sus colaboradores: «Aquí experimentamos con materiales, superficies, hacemos formas y texturas sin saber cuál será el resultado final. De todo ello emerge eso que llaman arte».
- Anish Kapoor: biografía, obras y exposiciones - - Página principal: Alejandra de Argos -
- Detalles
- Escrito por Marisa Carrero
Muchos se preguntan cómo Richard Serra es capaz de transmitir calidez, belleza e intimidad con un material como el acero y unas dimensiones tan descomunales. Quizás sea el minimalismo de sus obras; quizás sea por «su audacia para vertebrar el espacio urbano», según el jurado del Premio Príncipe de Asturias; o quizás sea su peculiar forma de trabajar el acero corten; lo cierto es que el resultado final nos sobrecoge y nos impulsa a pasear entre sus creaciones, a tocarlas, a sentirlas.
Richard Serra, nacido en San Francisco en 1939, de padre español y madre rusa, se forjó entre los altos hornos de las fábricas de acero de Pitchburg, en donde entró para conseguir el dinero que le permitiera estudiar Literatura inglesa, y salió conociendo el manejo del acero y la forma de darle vida: «Mi madre tuvo una gran influencia en mí en el tema del arte. Fue una persona que inculcó en mí la idea de que podía llegar a ser artista».
Después de sus estudios de Literatura en la Universidad de California y de Arte en la de Yale, en las que conoció a artistas como Philip Guston, Jasper Johns, o Frank Stella, viajó a París y a Florencia, donde se vio envuelto en un mundo artístico y cultural que le llevó a cambiar sus inclinaciones artísticas: abandonó las letras y se entregó a la escultura, con la que ha llegado a ser «el más grande de los escultores vivos» según el arquitecto Norman Foster.
Sus primeros trabajos fueron totalmente abstractos, todavía lejos de sus grandes dimensiones posteriores, basados en el movimiento conocido como process art (arte en proceso) donde: «Lo importante de esos primeros tiempos era el proceso creativo, no el resultado final». En esta época, el artista se basó en cuatro principios para crear: to hurl, to split, to roll and to heap (arrojar, rajar, rodar y apilar), experimentando además con las propiedades plásticas de materiales como el cuero, el neón o el plomo. Surgen en estos años las series Prop (Apuntalar), con piezas apoyadas unas en otras, una explicación personal de los principios del equilibro; y Belts, cinturones suspendidos de un muro como figuras blandas y retorcidas, ambas expuestas en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, en 1976.
Imagen (izquierda): Corner Prop Piece, disponible en http://ffffound.com/, 23 de mayo de 2009
Imagen (derecha): Belts, disponible en http://www.guggenheim.org/
Su primera exposición individual la había realizado, algunos años antes, en Roma, en la galería La Salita, demostrando su gran originalidad y también toda su rebeldía ante lo que se consideraba «exposición» ya que recreó el hábitat de varios animales vivos, encerrados en sus jaulas y lo llamó Live Animal Habitat y que, más tarde, prefirió no incluir en su catálogo de creaciones, por no estar dispuesto a reproducirlo de nuevo y por considerarlo fuera de su auténtica obra. Quizás por eso, la gran exposición auspiciada años después por el galerista Leo Castelli fue tan diferente. Serra realizó para su galería unas cien esculturas arrojando plomo derretido contra una pared y contra el suelo, para que el metal se estrellara antes de solidificarse y creara así las más puras formas.
Imagen (izquierda): Splashing1, disponible en http://www.meridiano180.com/, 13 de mayo de 2013
Imagen (derecha): Splashing, disponible en https://i.ytimg.com
Como los artistas no suelen conformarse con una sola faceta del arte, Richard Serra también probó suerte con el cine y realizó el corto Hands catching Lead (La mano cogiendo el plomo), continuando con el mundo del vídeo durante los años setenta. Sin embargo, no podía alejarse de sus esculturas y, tras ser galardonado con el Premio Theodoron en el Guggenheim de Nueva York, protagonizó una exposición individual para el Museo de Arte Pasadera, aunque sus inquietudes se dirigían más a los espacios urbanos. Es el momento en el que el artista se lanza a por la escala monumental. Su objetivo es relacionar al ciudadano con su espacio creando esculturas impactantes por su tamaño y también por su sencillez.
¿Tuvo algo que ver en esto la botadura de un petrolero, a la que asistió con su padre cuando solo tenía cuatro años? Es posible. Quizás el enorme tamaño de aquel barco, su gran peso o la sensación de inestabilidad que demostraba impactaron en el artista hasta el punto de buscar estos efectos en las obras monumentales posteriores.
En 1981, en el gran maestro del acero crea obras tales como el Tilted Arc (Arco inclinado) para la Plaza Federal de Nueva York, originando, sin embargo, una gran polémica entre los trabajadores de los edificios colindantes, que se quejaban de no poder atravesar directamente dicha plaza. Hasta tal punto llegó su oposición que, en 1989, se desmontó y trasladó la escultura a un parque público, perdiendo todo su poder y su sentido.
Imagen: På vej forbi Tilted Arc på Federal Plaza, disponible en http://www.kunsteder.dk/
Después de esta, vinieron otras grandes obras caracterizadas, sobre todo, por sus formas (grandes rollos en forma de láminas) y por su material (el acero corten), cuya composición química produce una oxidación que protege la pieza de la corrosión del exterior sin a penas perder sus propiedades. El artista, además, buscaba la manera de unir la obra con su ubicación en lo que se ha llamado land art, que trata de liberar a la escultura de los límites de la talla y el entorno. Surgen así piezas como la serie Snake (Serpiente), creada ex profeso para el Museo Guggemheim de Bilbao, en su inauguración, o Equal-Parallel-Guernica-Bengasi, para el Reina Sofía de Madrid, con el deseo de que el público que las visitara, las recorriera por entero, las atravesara, las «viviera».
Imagen: Equal-Parallel: Guernica-Bengasi, disponible en http://www.museoreinasofia.es/
Su relación artística con España comenzó en 1982 cuando vino para conocer de cerca la escultura mozárabe. Después, sus obras no han dejado de visitar nuestros museos, algunas para quedarse definitivamente. Este es el caso de la ante mencionada Snake y del conjunto La materia del tiempo, expuesto en 2005 y definitivamente instalado en la Sala Arcelor de este museo bilbaíno. Una experiencia que el artista definió como sobrecogedora y la creación más grande de su carrera. Otros la han definido como una increíble sensación de vértigo y de espacio en movimiento.
Imagen: Snake, disponible en http://minimalissimo.com/
Durante todos estos años, Richard Serra fue creando numerosas esculturas repartidas por todo el mundo, Fulcrum (1987) para la boca de metro de Liverpool, en Londres; Charlie Brown, para la nueva central de Gap Inc., en San Francisco (2000), o Tuileries and Obalisque, en París (2008).
Siguió participando en numerosas muestras y exposiciones, aunque no lo hiciera siempre con sus monumentales esculturas. Por ejemplo, en 2006, participó en la Bienal del Whitney Museum de Nueva York, con la obra Stop Bush, un dibujo negro de crayón que representaba a un preso de Abu Graib, y que luego utilizó la propia bienal para realizar los carteles publicitarios, aunque con el lema algo alterado (Stop B S).
Imagen: Tuileries-Richard Serra and Obalisque, disponible en https://janolssonart.wordpress.com
En 2007, protagonizó una de sus mayores exposiciones retrospectivas, la del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), titulada Richard Serra Sculpture: Forty Years, en la que se presentaron muchas de las obras de sus «cuarenta años» de carrera, desde sus primeros materiales hasta las últimas esculturas.
Ciudades de medio mundo e instituciones culturales del otro medio han reconocido su obra; unas ocasiones, exhibiendo sus esculturas, otras otorgándole diferentes premios y galardones. Es Doctor Honoris Causa por las universidades de Yale, Londres y Navarra. Es Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y España y, en 2010, fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Un curriculum realmente increíble para uno de los arquitectos más importantes del momento.
Actualmente, su obra está presente en la Galería Serra del Boijmans de Bruselas, hasta octubre de 2015, basada en los «secretos» de una de sus obras más conocida, la escultura Arcos crecientes (Waxing Arcs). Y, nuevamente en el Museo Guggenheim de Bilbao, se presenta durante todo este año La materia del tiempo.
Richard Serra, convertido en el mago del acero, en el estudioso del espacio, comenzó su andadura artística recorriendo Europa y visitando su arte. Una de esas visitas tuvo lugar en el Museo del Prado en donde el escultor sintió que algo cambiaba en él: «Viendo la obra de Velázquez me di cuenta de que quería explorar la relación entre objeto y sujeto. Quería colocar el sujeto en la percepción del movimiento de quien ve la obra. Ése fue el mayor descubrimiento de mi vida».
Imagen (izquierda): Richard Serra Cage, disponible en http://greg.org/, 19 de mayo de 2011
Imagen (derecha): Corner Prop, disponible en http://slamxhype.com/, 15 de mayo de 2010
Imagen: Richard Serra, disponible en http://www.fondationbeyeler.ch/
Imagen (izquierda): Stop BS, disponible en http://www.annexgalleries.com/
Imagen (izquierda): Serra, disponible en http://www.gibbsfarm.org.nz/
- Detalles
- Escrito por Marisa Carrero
El pintor y fotógrafo Richard Prince representó, junto a Cindy Sherman, una nueva forma revolucionaria de ver y hacer fotografía, allá por los años sesenta, gracias en gran parte a las nuevas tendencias como el vídeo y el cine, pero siempre envuelto en la polémica y la crítica: «Con cada generación, el arte se reinventa (…). Prince tiene la capacidad de transgredir, de mostrar una falta de respeto hacia los límites», en opinión de Almine Ruiz-Picasso, miembro del Patronato de la Fundación del MPM y copresidenta de FABA. Richard Prince nació en la llamada Zona del Canal de Panamá, en 1949, cuando esta aún era colonia de Estados Unidos, aunque, al poco tiempo, su familia se trasladó a Boston. En 1973, Prince decide ingresar en el Instituto de Arte de San Francisco, pero, al no tener mucho éxito, decide trasladarse a trabajar a Nueva York mientras piensa qué hacer con su vida.
El pintor y fotógrafo Richard Prince representó, junto a Cindy Sherman, una nueva forma revolucionaria de ver y hacer fotografía, allá por los años sesenta, gracias en gran parte a las nuevas tendencias como el vídeo y el cine, pero siempre envuelto en la polémica y la crítica: «Con cada generación, el arte se reinventa (…). Prince tiene la capacidad de transgredir, de mostrar una falta de respeto hacia los límites», en opinión de Almine Ruiz-Picasso, miembro del Patronato de la Fundación del MPM y copresidenta de FABA.
Richard Prince nació en la llamada Zona del Canal de Panamá, en 1949, cuando esta aún era colonia de Estados Unidos, aunque, al poco tiempo, su familia se trasladó a Boston. En 1973, Prince decide ingresar en el Instituto de Arte de San Francisco, pero, al no tener mucho éxito, decide trasladarse a trabajar a Nueva York mientras piensa qué hacer con su vida. En este tiempo, y siguiendo el concepto pop de la «apropiación» y la «descontextualización», va perfilando su estilo artístico usando imágenes anónimas del mundo publicitario para crear sus obras.
En 1975, el artista creó una serie de collages hechos a base de fotografías que iba tomando de distintos anuncios y otros medios, revolucionando absolutamente la idea de autoría y cuestionando el papel tradicional del artista, pero también dando lugar a un gran debate dentro del mundo del arte.
Su trabajo en la hemeroteca de Time-Life, manejando recortes de revistas, le hizo pensar en las posibilidades de trabajar con tantas imágenes, combinadas, yuxtapuestas, manipuladas, etc. Así surgen sus primeros trabajos Untitled (Cigarettes) (1978-1979) y Untitled (Three women looking in the same direction) (1980) formados por imágenes publicitarias que el propio artista ha combinado a su antojo volviendo a fotografiarlas nuevamente y creando una mirada deliberadamente artificial. Con una de ellas, Untitled Cowboy, se originó un auténtico debate en el mundillo del arte cuando, años después, en 2005, consiguió alcanzar la cifra de un millón de dólares en una subasta organizada por la casa Christie's de Nueva York.
Imagen: Richard Prince, disponible en http://marshallmatlock.com/
Imagen: Untitled (Man´s hand with cigarette), 1980, disponible en http://www3.mcachicago.org/,
Muchos han sido los críticos que han querido definir o etiquetar esta forma de hacer fotografía. Lo han llamado Appropriation, Artist´s Book, Simulation, etc. Pero lo de menos es cómo se llame sino cómo lo conciben sus creadores. Para Prince y otros artistas similares como Cindy Sherman o Barbara Kruger se trataba de presentar las imágenes de la cultura de masas fuera de su contexto y de su finalidad. Así, y dentro del movimiento New Wave, el artista siguió realizando sus creaciones en la refotografía usando catálogos comerciales, fotos anónimas, algunas fotos personales, que él volvía a fotografiar para sus creaciones.
La polémica estaba servida. ¿Cual era su valor artístico si se apropiaba de las fotos de otros? ¿Qué pasaba con el derecho de autor de esas fotografías o con el copyright? De hecho, en 1977, Prince estuvo metido en una importante querella con el diario New York Times por el uso de algunas de sus fotografías ya publicadas.
Imagen: Untitled (three women looking in the same direction), disponible en https://rfc.museum
Imagen: Untitled (four women looking in the same direction), disponible en http://www.theslideprojector.com/
Y no fue la única. En 1983, se enfrentó, en otra batalla judicial con la madre de la actriz Brooke Shields, al utilizar una fotografía del autor Garry Gross donde la actriz de diez años aparecía de pie en una bañera, tremendamente maquillada y en una clara alusión a la precocidad sexual. La exhibición de esta imagen, denominada Spiritual America, trataba de reflejar, en opinión de la crítica Nancy Spector, que: «cualquier pura espiritualidad americana está ya siempre contaminada, impura; es una mezcla de patriotismo, capitalismo y cultura popular».
En los años ochenta, la atracción de Prince por los marginados, las tribus urbanas, los «sin techo», en definitiva, los pertenecientes al llamado dark side (lado oscuro) produjo toda una serie de obras basadas en imágenes yuxtapuestas a las que él llamó gangs (bandas) centradas en motivos concretos de la cultura pop. Un ejemplo es su obra Enterteiners (Animadores) en la que unió diferentes diapositivas de 35 mm cada una, procedentes de varios anuncios y revistas y creó con ellas un negativo mayor desde el cual realizó la impresión final.
Imagen: Brooke Shields, disponible en http://www.pasunautre.com/, 25 de junio de 2012
Lo mismo ocurría con su serie Jokes, en torno al año 1986, donde partiendo de imágenes y textos ya existentes que redibujó como serigrafías, plasmó su visión acerca de las fantasías y las frustraciones sexuales de la clase media estadounidense, utilizando el humor y la caricatura, dada su afición e interés por los cómics.
Sus «apropiaciones» continuaron en otras series de fotografías como Cowboys and Grilfriends, en las que Prince toma símbolos básicos de Estados Unidos para darles otro significado completamente diferente. En la serie Cowboys, los vaqueros tomados de los anuncios de Marlboro pasaron a ser algo arcaico, colonialista y machista, nada que ver con esa visión romántica anterior. La serie Girlfriends se basaba en las fotos que los moteros enviaban de sus novias, subidas en la Harley Davidson de rigor, a las revistas de motos. Fuera de este contexto, estas fotos solo eran otra muestra más del uso del erotismo y del cuerpo femenino como reclamo publicitario.
Imagen: Untitled Cowboy, disponible en http://www.americansuburbx.com/, 26 de abril de 2011
Imagen: Untitled (Girlfriend), 2008, disponible en https://www.gagosian.com
Después de vivir en Nueva York durante 25 años, Richard Prince decidió trasladar su residencia al norte del estado y crear allí una especie de minimuseo, el Second House. En él recogió algunas de sus obras, tanto fotografías como esculturas y pinturas, entre las que destacaba su serie de Car Hood decorando los alrededores de la casa. Este museo permaneció abierto durante seis años (desde 2001 al 2007) y su colección fue regalada por el artista al museo Guggenheim de Nueva York. Desgraciadamente, un rayo provocó un grave incendió en el edificio que causó importantes daños.
En este lugar, creó también la conocida serie de pinturas Nurse Paintings (2003) inspirada en las novelas románticas de los años cincuenta, de temática médica. Para realizar este trabajo, el artista se dedicó a fotocopiar las portadas de muchos de estos cómics y a transformarlas después en pinturas, con cierto aire de misterio y terror al mismo tiempo. La influencia de esta obra suya llevó al artista a una colaboración con Marks Jacobs para un desfile de Louis Vuitton (2008) inspirado en ellas.
Imagen: Sonic Nurse, disponible en http://fr.phaidon.com/
Si esta serie representaba toda una simbología femenina, la exposición que llevó a cabo en septiembre de 2008, en la Galería Serpentine, representaba la simbología opuesta, es decir, la masculina, a través de una serie de esculturas de automóviles hechas de distintos materiales y decoradas con el particular estilo de Prince. La exposición recibía a los visitantes con la imagen de un enorme coche de plástico decorado con una mujer pintada en su capó.
Imagen (izquiereda): Continuation 3, disponible en http://suehubbard.com/
A lo largo de su carrera, Richard Prince no ha dejado de provocar, de ir contracorriente, apropiándose de los trabajos de otros para darles su propia visión y enfrentándose a numerosas demandas por este motivo. Una de ellas fue la que falló un juzgado de Manhattan, en 2012, en contra del artista al considerarlo culpable de apropiación indebida de unas fotos publicadas en un libro del fotógrafo francés Patrick Cariou, sobre los rastafaris. Él se dedicó a trabajar con aquellas que más le gustaban para elaborar su collage personal, refotografiarlo todo y ponerle su firma; una obra que llegó a venderse por dos millones y medio de dólares. Para algunos, se limitó a coger el trabajo que Cariou había preparado durante años, recortarlo y manipularlo, mientras la Gagosian Gallery de Nueva York recaudaba más de diez millones de dólares con su exhibición.
Imagen (izquierda): patrick cariou fights richard prince and gagosian over copyright, disponible en http://www.americansuburbx.com/, 24 de Julio de 2015
Imagen (Derecha): Cheese & Crackers, disponible en http://www.americansuburbx.com/,
En otras ocasiones han sido los propios museos los que le han invitado a apropiarse de la obra de otros autores, como ocurrió en el Museo Picasso de Málaga en el invierno de 2012. Admirador incondicional de Picasso, dijo de él: “Picasso era un dibujante extraordinario. La forma en que dibuja la figura con esa indescriptible libertad que aplica a la forma sigue siendo asombrosa para mí». «No es que estén inspiradas directamente en Picasso, pero sí en el espíritu de Picasso». En esta ocasión, el artista pudo servirse de más de cien obras del pintor malagueño para crear su propia exposición, Prince/Picasso, en la que se pueden reconocer algunas figuras femeninas y otros iconos de la pintura picassiana.
Tras las últimas exposiciones del artista en la Skarstedt Gallery de Londres, o en Le case d'Arte, de Milán, en 2013, sus obras se pueden ver, durante este año 2014, en la Kunsthaus Bregenz, en Bregenz (Austria) hasta el mes de octubre. En nuestro país, una de sus últimas muestras tiene lugar en El Centro Cultural Caja Granada hasta el próximo 11 de enero de 2015, en una exposición basada en la colección fotográfica de Telefónica, una de las más prestigiosas del mundo, compartiendo espacio con otros famosos fotógrafos como Gursky o Marina Abramovic. En ella, el artista estará representado por su serie Cowboys and Girlfriends.
Sea cual sea la posición que adoptemos, es innegable que Richard Prince ha conseguido colocarse en los más altos puestos del mundo artístico contemporáneo, entre otras cosas, gracias a su forma irónica de entender la realidad cotidiana y de representarla. Él ha utilizado los iconos populares surgidos de los medios de comunicación, así como la figura de la mujer y la sexualidad para expresarse, usando muchas veces el humor y combinando pintura, fotografía y palabra.
Para definir el arte y la figura de este artista, muchos han utilizado el término Appropriation art (Apropiacionismo: uso de objetos o imágenes de otros artistas para crear un trabajo nuevo). Para conocer la opinión del autor, basta con leer sus propias palabras: «Pide, toma prestado, roba. Por todos los medios posibles». «No esperes la luz verde. Esto de creer en el todo gratis ha estado ahí durante mucho tiempo. La pregunta ahora es “¿quién te has creído que eres?”… Y la respuesta es “quien me dé la gana de ser”. El objetivo es asaltar la cultura. Y la manera que tengo de hacerlo es dejar ondear mi bandera freak…».
Imagen: nuts, disponible en https://farticulate.wordpress.com, 15 de noviembre de 2010
{youtube}R0X4-2g1zPI|600|450{/youtube}
- Richard Prince: Biografía, Obras y Exposiciones - - Página principal: Alejandra de Argos -