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- Escrito por Marta Sánchez
La obra de Alex Katz se escapa de la aparente banalidad de su temática para analizar la relación entre la representación y lo representado; entre el color y la forma; entre la bidimensionalidad, y la tridimensionalidad. La pasión por el realismo ha marcado la trayectoria de Alex Katz. Pero hablamos de un realismo muy especial, que se aleja de la representación detallada
“Un día miré por la ventana y decidí que iba a pintar la ventana”
Foto: Alex Katz en el Museo Guggenheim de Bilbao. En elmundo.es
La pasión por el realismo ha marcado la trayectoria de Alex Katz. Pero hablamos de un realismo muy especial, que se aleja de la representación detallada y exacta de la imagen para incidir en aspectos más pictóricos que representativos. En este sentido, Katz se acerca a movimientos como el expresionismo abstracto americano, del cual se distanció consciente y explícitamente para crear un arte propio y singular. Durante su vida ha permanecido alejado de corrientes, escuelas y movimientos (entre ellos el Pop Art, con el que tantas veces han querido relacionarle), lo que le ha permitido crear una obra vasta, coherente y de enorme influencia en las siguientes generaciones de artistas. La obra de Alex Katz se caracteriza por las imágenes de personas, paisajes y escenarios plasmados en grandes planos de color, líneas recorte poderosas y una clara influencia del universo publicitario. Señalado a menudo como uno de los artistas que mejor han representado las rutinas y el ocio de la clase media norteamericana, sus obras se escapan de la aparente banalidad de su temática para analizar a fondo la relación entre la representación y lo representado; entre el color y la forma; entre la bidimensionalidad, y la tridimensionalidad.
Blue Umbrella (1972). En cincodias.elpais.com
El arte en las venas: una pasión desde la infancia
Alex Katz nace en Nueva York en 1927, pero permanece poco tiempo en el barrio. En los albores de la Gran Depresión, su familia decide mudarse a St. Albans, una zona perteneciente a Queens que había emergido entre las dos guerras mundiales. Sus padres habían emigrado a Estados Unidos desde Rusia y conservaban una auténtica pasión por el arte en todas sus disciplinas: poesía, arte y teatro. De hecho, su madre había trabajado como actriz; este hecho la impulsó a intentar alejar a su hijo del mundo artístico, considerándolo una profesión poco estable. El padre de Alex Katz, por el contrario, le anima a seguir una carrera artística y decide matricularle en el Woodrow Wilson High School, un instituto donde las mañanas se dedicaban a la enseñanza estandarizada, mientras que por las tardes los alumnos se formaban en artes. En 1946 y a los 19 años Katz empieza a estudiar en la Cooper Union Art School de Manhattan, donde el destino le pone bajo la tutela de Morris Kantor. De su mano y junto con el resto de estudiantes entra en contacto con las vanguardias, las distintas teorías del arte y las técnicas más adecuadas para su práctica.
Wildflowers in vase (1954-55). En locofineart.com
Ya desde sus primeras obras, fechadas a finales de los años 40, el joven artista demuestra un creciente interés por las composiciones sencillas, las formas planas y rotundas y los colores intensos. Durante sus años de aprendizaje en Manhattan Katz pinta a partir de láminas y reproducciones de artistas modernos; sin embargo, en 1949 su punto de vista epxerimentará un cambio radical. Ese año se gradúa en Cooper Union y obtiene una beca para realizar un curso de verano en la Skowhegan School for Painting and Sculpture de Maine. Es allí donde por primera vez se le impulsa a pintar al aire libre, a partir de la realidad que le rodea. Más tarde, comentará que el método au plein air de Skowhegan le daría “una razón para dedicar su vida a la pintura”. Uno de los aspectos que más le interesan de este tipo de pintura es su inmediatez, su conexión con la realidad y la libertad que le permite; cualidades que también admira en artistas tan diferentes de sí mismo como Jackson Pollock. Es entonces cuando pinta sus primeros paisajes: una temática que retomaría décadas después. S objetivo: atrapar las impresiones creadas por la luz y la energía generada por la pintura en sí, más que lograr un reflejo exacto de la realidad.
Los retratos. Una constante desde los años 50
En 1954, Alex Katz expone su obra en la Roko Gallery y comienza a crear un círculo de amistades, todas ellas relacionadas con la segunda generación de artistas pertenecientes a la Escuela de Nueva York. Entre 1955 y 1959 trabaja en el collage, siguiendo una técnica similar a la empleada por Matisse en sus últimos años: crea pequeñas composiciones (flores, figuras humanas en paisajes esquemáticos) empleando finas tiras de papel cortadas y pegadas con todo detalle. Pero Katz no se queda en el paisaje, y a mediados de los 50 prosigue con su exploración plástica. Su obsesión por la interacción entre lo reflejado y la superficie en la que se refleja, una especie de trasunto de “lo superficial y lo introspectivo”, le lleva a interesarse por el retrato.
Portrait of Ada (1959). En arthive.com
Porque si bien no hay nada más profundo que un rostro humano, la explosión de la imaginería publicitaria de mediados del siglo XX (que tan bien supo reflejar y aprovechar el Pop Art) le da una nueva vida, más banal e intrascendente. Katz siempre se alejó de forma declarada de la estética pop, si bien está claro que su arte tiene fuertes influencias de la corriente (y viceversa). Es entonces cuando empieza a hacer retratos, centrándose sobre todo en el rostro y la figura de su mujer, Ada del Moro: será su inspiración y su musa, protagonizando cientos de lienzos que a día de hoy son mundialmente famosos. Es entonces cuando empieza a situar a sus modelos sobre fondos monocromos y vibrantes, un rasgo de estilo que anticiparía la estética pop y que se convertirá en un sello de identidad en la obra de Alex Katz.
Más allá de la bidimensionalidad: cut outs, color y escenografías
Cut Outs de Alex Katz. En tulliehouse.co.uk
La apuesta que el artista hizo desde sus primeras obras en favor del realismo no supone un alejamiento de las técnicas de expresión más vanguardistas. Durante la segunda mitad de los años 50, Katz continúa profundizando en la separación entre silueta y fondo y lleva sus lienzos un paso más allá. En 1959 realiza su primer cut out, una silueta recortada de un lienzo previamente pintado y pegada luego sobre una madera recortada con la misma forma. Durante el resto de su vida continuará desarrollando este tipo de obras, que más adelante pintará directamente sobre madera y aluminio. El resultado: figuras, rostros y retratos que escapan a la bidimensionalidad y ocupan un espacio físico en el mundo real.
El vestido negro (1960). En ctxt.es
Los primeros años 60 suponen una invasion de imágenes para la cultura occidental, y mucho más para la norteamericana. Son los años de la explosión de la publicidad y del éxito arrollador del cine y la televisión, que alcanzan hasta los últimos rincones del planeta. Al igual que los artistas del Pop Art, Katz experimenta la influencia de la publicidad y los medios de comunicación y empieza a reflejarla en sus obras. Son años de lienzos a gran escala, donde los rostros adquieren proporciones monumentales y muchas veces aparecen cortados. Los colores vibrantes se apoderan de escenas que no renuncian a la profundidad, pero que cada vez parecen más alejadas de la realidad y las leyes de la perspectiva. Al mismo tiempo, no renuncia a reflejar también la realidad social de las personas que le rodean: en sus cuadros aparecen a menudo las personas con las que se relaciona, en gran medida pertenecientes a ámbitos artísticos y literarios. En esa década Katz empieza también a diseñar escenografías y vestuario para el coreógrafo Paul Taylor, con quien continuará colaborando a lo largo de tres décadas.
The red smile (1963). En vein.es
Fin del milenio: años de paisajes y luz
Lawn Party (1965). © Alex Katz. Colección de Michael y Judy Ovith. En ttamayo.com
Pasan las décadas y Katz continúa desarrollando su particular visión del realismo en pintura. Durante los años 70 prosigue con sus retratos en grupo, donde plasma a la gente que le rodea en actitud relajada, lejos de la pose y generando atención sobre el instante concreto. Las décadas finales del milenio suponen un giro a su interés por los rostros: la pintura de Katz se vuelve, en sus propias palabras, “ambiental”. Son años de grandes pinturas de paisaje que buscan generar un efecto envolvente sobre quien las contempla. Es el viejo conflicto entre fondo y superficie, que obsesiona a Katz desde sus inicios; el artista no deja de buscar nuevas formas plásticas para plasmar su inquietud. En estas pinturas los bordes se suavizan y difuminan, y la técnica pictórica cobra nuevo protagonismo. Katz también se interesa por la forma de plasmar la luz y su interacción con las siluetas, en este caso con los árboles: en el año 1986 realiza una serie de obras nocturnas que le obligan a buscar nuevos recursos. Este nuevo interés sobre el diálogo entre la luz y las ramas de los árboles se mantendrá en las décadas posteriores, apareciendo de forma regular en muchas obras realizadas por el artista en los 90 y en la primera década de los 2000.
Forest. Litografía y grabado al linóleo. 2009. En moma.org.
Pintura, tecnología y plástica al servicio del arte
Small Wave (2020). En ropac.net
Los retratos de Katz experimentan otra sutil variación en la segunda década de los 2000. A partir del 2020 los recortes se vuelven más drásticos en los rostros y los primeros planos individuales. Al mismo tiempo, empieza a realizar nuevos formatos de retrato múltiple a base de fragmentar las imágenes y colocarlas a modo de secuencia. El formato cut out responde perfectamente a esta línea de investigación: Katz sigue produciendo obra de este tipo sobre planchas de aluminio. Al igual que otros grandes artistas en constante evolución, como David Hockney, no se cierra a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y decide utilizar su iPhone para tomar fotografías, imprimirlas y fijarlas en collages y cut outs. Es solo el primer paso del proceso: son solo bocetos que más tarde reproducirá al óleo, en lienzos a gran escala.
Flowers (2020). En ropac.net
Durante los últimos años Katz ha renovado el interés por la pintura al aire libre de sus inicios, reproduciendo escenas de naturaleza (flores de gran tamaño y paisajes) de parajes como Pensilvania, donde realizó una serie con más de 50 pinturas durante el verano de 2020, en plena pandemia. A día de hoy sigue viviendo en Maine, EEUU, y continúa trabajando en su obra.
Exposiciones
Give me tomorrow. Tate St. Ives, Cornwall (2012)
Esta exposición reunió más de 30 piezas fundamentales de la obra de Alex Katz, incluyendo lienzos, obras gráficas y sus célebres cut outs. La galería, situada en un ámbito costero, decidió elegir como leitmotiv de la muestra las escenas de verano y playa que tan bien supo reflejar Katz: marinas, arenales, escenas de vacaciones familiares y paisajes al sol. Las obras se acompañaron de una serie de piezas propiedad de la Tate Collection, realizadas por otros artistas y elegidas por el propio artista para dialogar con su trabajo.
Paisajes. Museum Haus Konstruktiv, Zurich (2013)
El Haus Konstruktiv fue el primer museo de Suiza en dedicar una gran retrospectiva a Alex Katz. Para ello el centro escogió la temática del paisaje, recurrente en la obra del pintor norteamericano. Paisajes entendidos más como territorio humano que como escenarios naturales, y que en la muestra coexistieron con distintos retratos y pinturas de figuras humanas realizados por Katz desde 1959 hasta entonces.
Aquí y ahora. Museo Guggenheim Bilbao (2015-16)
35 obras mostradas “tal y como se sienten y perciben en el momento presente, ahora”. Así definieron su contenido los responsables de esta exposición, que analizó el desarrollo de los paisajes y los escenarios en la obra de Alex Katz desde sus inicios hasta la fecha. En la muestra el museo decidió dar relevancia a los paisajes por encima de los retratos, mucho más conocidos.
Cut Outs. Galería Paul Kasmin, Nueva York (2018)
Los cut outs de Alex Katx son una parte fundamental de su producción artística. Figuras recortadas y pintadas o impresas, son imágenes que escapan de la bidimensionalidad de la pared para ocupar un espacio físico en el mundo tridimensional. La exposición se centró en la investigación desarrollada por el artista acerca de las propiedades de la percepción visual y de la relevancia que adquieren las superficies cuando se convierten en figuras humanas.
Flowers. Thaddeus Ropac, Seúl (2022)
En el verano de 2021, Alex Katz se dedicó a pintar flores de gran tamaño en su casa de Maine (EEUU). El objetivo: conseguir que las pinturas crearan la misma sensación que ver una flor real. La misma “brillantez”, en sus propias palabras. Al año siguiente, el Museo Thaddeus Ropac de Seúl organizó una exposición con las obras pintadas durante ese periodo.
Alex Katz. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid (2022)
La exposición sobre la obra de Alex Katz organizada por el Museo Thyssen de Madrid tenía como objetivo zanjar una deuda que la ciudad tenía con el artista: inaugurar una retrospectiva de su obra. Decenas de lienzos, esculturas, grabados y cut outs del artista americano se dieron cita en las salas del centro para conformar una visión global de su obra, perfecta para redescubrir a uno de los pintores contemporáneos más influyentes de la actualidad.
Libros
Alex Katz:. Pinturas recientes (2005). Ed. Gestión Cultural y Comunicación
Este catálogo se publicó con motivo de la exposición sobre Alex Katz organizada en el año 2005 por el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. En sus páginas es posible admirar múltiples obras del autor reproducidas a toda página, incluyendo paisajes y retratos. Un libro esencial para descubrir algunas de las últimas obras realizadas por Katz a principios del milenio, y para conocer de cerca la investigación realizada por el artista sobre sus temas plásticos más recurrentes.
Alex Katz: An American way of seeing (2010). VV.AA. Ed. Kerber
'Una manera de ver americana': así subtitulan sus editores este libro sobre la obra de Alex Katz, uno de los más importantes sobre el artista. Considerado un cronista fundamental de la vida moderna en Norteamérica, además de un precursor, Alex Katz se dedicó a retratar de forma expresiva y minimalista los rostros de Nueva York y sus paisajes desde la década de los 50. Sus obras son enigmas más que retratos, que a menudo interrogan en lugar de contar. El libro incluye reproducciones de obras célebres pintadas a partir de 1968, incluyendo pinturas, grabados, cut outs y obras con formato multipanel.
Alex Katz: Flowers (2019). Con poema de James Schuyler. Richard Gray Gallery
La galería Richard Gray organizó en 2019 la exposición Alex Katz: Flowers, que también viajaría a Seúl. Con motivo de la muestra, los responsables decidieron publicar un catálogo que recoge las pinturas al óleo a gran escala que conformaron la selección de la muestra. Los lienzos reproducen lirios de gran tamaño, y dialogan con una serie de íntimos bocetos sobre tabla. El libro aporta una mirada más a fondo sobre el interés declarado de Katz por la pintura al aire libre, en el entorno natural. La publicación reúne las trece obras de la exposición y las acompaña del poema 'Salute', de James Schuyler.
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- Alex Katz: Biografía, Obras y Exposiciones - - Alejandra de Argos -
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Si hay un artista que ha conseguido remover las emociones del público con la máxima economía de medios, ese es Pierre Soulages. Apasionado del color negro y de la forma en la que la luz saca formas y reflejos de las superficies oscuras, a día de hoy es uno de los creadores más influyentes y cotizados de su generación.
La pintura que hizo llorar a París
Foto: Pierre Soulages en la exposición ‘The Outrenoir(s) of Pierre Soulages: European Museums and Foundations’. Museo Soulages, Rodez, Francia, 2014. En britannica.com
En el año 2009, el Centro Pompidou de París dedicó una gran retrospectiva al pintor francés Pierre Soulages. La muestra se convirtió en la cuarta más vista de la historia del museo hasta hoy, y también en la más emotiva: muchas personas se situaron frente a cuadros de su serie Outrenoir y rompieron a llorar. La emoción que suscita la obra de Soulages parte de una intensa apuesta por la abstracción y de una pureza extrema: son lienzos en los que el color (o no-color) negro actúa como un espejo del interior. Superficies profundas que no invitan a penetrar en ellas, sino que nos devuelven el reflejo y nos lanzan hasta el interior de nuestro propio ser. Década tras década, Pierre Soulages ha creado un enorme universo pictórico que envuelve la consciencia e invita a la introspección. Son más de ochenta años dedicados a su pasión más poderosa, que le han convertido en el artista francés más famoso y cotizado del mundo y en el maestro del negro y de la luz. Con más de un siglo a sus espaldas, la pasión sigue ardiendo en su espíritu creador: “Lo que me gusta es mirar el presente y soñar en lo que haré mañana. El día que deje de sentir eso, consideraré que estoy muerto”.
Imagen de la Exposición ‘The Outrenoir(s) of Pierre Soulages: European Museums and Foundations’. En musee-soulages-rodez.fr/es
Primeros años: pasión por el arte prehistórico
Pierre Soulages nace en 1919 en la localidad francesa de Rodez. Su infancia transcurre en el tranquilo pueblo, un lugar que el artista siempre ha llevado en el corazón. Desde muy pequeño, su interés por el arte más esquemático es una constante de su vida. Él mismo cuenta como anécdota que en su infancia, cuando le daban lápices de colores para dibujar su interés se centraba casi exclusivamente en el lápiz negro. Sus visitas al museo de la localidad, donde descubre las tallas celtas y el arte rupestre, acentúan su interés por la abstracción ya desde sus primeras obras. También demuestra una intensa atracción por el arte románico, que descubre en la cercana Iglesia Abacial de Santa Fe de Conques: posteriormente, en los años 80 recibirá el encargo de realizar los vitrales que actualmente cierran sus ventanas. Soulages pinta desde muy joven; en el Museo Soualges de Rodez se conservan algunas de sus primeras obras, realizadas en 1938. La economía de color que muestran y su atención a la pincelada prefiguran, de alguna manera, su trayectoria posterior.
Le Pont-Neuf (1939). Óleo sobre lienzo. En gazette-drouot.com
Ese mismo año viaja a París con el objetivo de estudiar arte, comenzando su formación en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes. Es admitido para la formarse en la cátedra de Dibujo, pero el academicismo de la enseñanza pronto le decepciona y abandona los estudios. Durante su estancia en la capital visita varias exposiciones y descubre la obra de Pablo Picasso y Paul Cézanne, que despiertan su admiración, al igual que el Louvre. Soulages regresa entonces a Rodez.
Los años convulsos. Guerra y abstracción
En 1940, la II Guerra Mundial asola Europa. Pierre Soulages es llamado a filas, pero se niega a participar en la contienda. Durante la ocupación (y para evitar ser trasladado a un campo de trabajo a Alemania) decide obtener papeles falsos y se oculta trabajando en un viñedo de Montpellier. Allí entra en contacto con el escritor Joseph Delteil, apasionado por el arte de vanguardia y amigo personal de Picasso, Chagall, Delaunay y otros artistas de la época. Soulages le enseña sus obras, y comenta: “¡Blanco y negro! Estás cogiendo a la pintura por los cuernos. Y ahí está la magia de la pintura”. Su opinión le impulsa a proseguir con su carrera artística; para ello, en 1946 (una vez terminada la guerra) se muda a París. Conoce a la artista Sonia Delaunay, quien le introduce en el mundo de la abstracción pictórica y despierta su interés por esta escuela. Al tiempo que vive en París, establece también un taller en la ciudad mediterránea de Sète. Actualmente, Pierre Soulages sigue viviendo y trabajando en esta localidad.
Brou de Noix (1947). Nogalina sobre papel. En musee-soulages.es
En París, las cosas no resultan fáciles para el joven Soulages. Es rechazado por el prestigioso Salón de Otoño y decide presentarse al Salon des Surindépendants, atraído por la ausencia de jurado. Sus obras crean un potente contraste con el resto, donde la abstracción se movía por terrenos cromáticos con fuerte presencia de los colores primarios. Durante la muestra, el artista se entera de que Francis Picabia, uno de los más importantes exponentes del movimiento Dadá, ha comentado que su pintura era la mejor de la exposición. En pocos días le conoce en persona; su opinión marcará un antes y un después para Soulages. En una entrevista reciente repitió sus palabras: “No te preocupes por la crítica. Yo he visto de todo: impresionismo, fauvismo, dadaísmo, surrealismo, arte abstracto… Y si te digo que tu obra es buena, significa mucho más que lo que opine cualquier crítico”. Tras pasar unos años difíciles, su trabajo empieza a despuntar: comienza una carrera meteórica que no ha dejado de sorprender e innovar hasta la fecha.
1950-1980. Auge, éxito... y Outrenoir
En la década de los 50, Pierre Soulages va cambiando su forma de pintar. Se interesa por la materia y la textura, y empieza a emplear herramientas más poderosas como las espátulas y las brochas anchas. Su interés trasciende el campo pictórico: comienza a experimentar con la escultura en bronce y las artes gráficas, además de realizar trabajos de escenografía para teatro y danza. Su obra traspasa las fronteras de Europa y viaja a Nueva York como parte de una serie de exposiciones colectivas, mostrándose en el Museo Guggenheim y en MoMA. La Kootz Gallery acepta su representación y expone su obra de forma regular, así como la Galería de France de París. Las grandes colecciones públicas y privadas empiezan a adquirir sus pinturas, desde el Guggenheim de Nueva York hasta la Tate Gallery de Londes o el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. El interés por su arte prosigue en los años 60, década en la cual empiezan a realizarse retrospectivas con su obra. Al mismo tiempo, Soulages no deja de investigar y experimentar en campos como la cerámica: en 1968 creará un mural para un edificio situado en Pittsburg, conjuntamente con el taller Mégard.
July 10, 1950. En phillipscollection.org
No es hasta el año 1979 cuando Pierre Soulages comienza a trabajar en la que es probablemente su serie más icónica y celebrada, Outrenoir. Si bien el color negro protagonizó sus pinturas prácticamente desde sus inicios, ese año se produce un cambio en el punto de vista del artístico que llevará a sus obras al plano tridimensional. En los enormes lienzos, la pintura adquiere una cualidad escultural y crea una paradoja visual formada por el color negro, que absorbe la luz, y la superficie pictórica, que la refleja. Nada mejor que las palabras del propio artista para describir el momento de la revelación: “Me encontraba en mi estudio, trabajando en una pintura durante horas. Había pintura negra por todas partes. Estaba agotado; no podía entender por qué había trabajado tanto en algo que no me terminaba de gustar. De hecho, pensé que era una pintura fallida porque no estaba saliendo como las demás. Me fui a dormir durante una hora, y cuando me desperté y la volví a mirar, pensé: 'Ya no pinto con negro. Pinto con la luz reflejada en una superficie negra’". Más adelante, en el año 2009 el Centro Pompidou le invita a exponer su nueva serie; y para ella, el artista se inventa el término 'Outrenoir', que se podría traducir como “más allá del negro”'. La muestra se convierte en un enorme éxito de crítica y público, y dispara la fama de Pierre Soulages y la cotización de sus obras.
Outrenoir: 17 juillet 2017, 2017. @pierre soulages / ADAGP, Paris, 2019. En alaintruong.com
Las vidrieras de Conques
Vidrieras de Conques. Vía Twitter: #JuevesDeArquitectura
Pierre Soulages siempre se sintió ligado a su pueblo natal, Rodez. Además de los descubrimientos paleolíticos que realizó durante su juventud, y que se conservan en el museo de la localidad, en 1987 aceptó con entusiasmo un encargo muy especial: diseñar unas vidrieras para las ventanas de la Iglesia Abacial de Santa Fe de Conques, un templo románico cercano a la localidad construido entre los siglos XI y XII. Soulages se sumerge de lleno en la creación de unas ventanas que se integren bien con la sencillez y la poderosa presencia de la arquitectura románica, sin renunciar a la esencia última de su arte: el uso del negro y de la luz para crear universos plásticos. Tal y como declaró al finalizar la obra: “Lejos de una Edad Media reconstituida, imitada o soñada, perseguí crear un producto de vidrio con tecnologías contemporáneas que se correspondiera con la arquitectura sagrada del siglo XI y con su potencial para suscitar la emoción artística”. Una emoción que el propio templo generó en el artista cuando tan solo contaba 14 años de edad, y que fue una de las claves para el desarrollo de su cuerpo de obra posterior. La creación y construcción de las vidrieras supuso un proceso de trabajo que duró desde 1987 hasta 1994.
Vidrieras de Conques. Vía Twitter @Jmontiellopez
Siglo XXI. Celebrando el centenario en plena producción
El nuevo milenio encuentra a Pierre Soulages en pleno proceso de trabajo. Prosigue con su serie Outrenoir, creando un enorme cuerpo de obra que se va difundiendo por museos y colecciones de todo el mundo. En 2001 se convierte en el primer artista vivo invitado a exhibir su obra en el Museo del Hermitage de San Petersburgo; y en 2005, junto con su mujer Colette decide realizar una importantísima donación a la Comunidad del Gran Rodez, su tierra natal. Entrega un total de 500 piezas que, junto con otra donación de 14 pinturas realizadas entre 1946 y 1986, suponen el punto de partida de lo que será el Museo Soulages: un edificio que a día de hoy alberga la mayor colección de obras del artista nivel mundial. El Museo Fabre de Montpellier recibe también por parte del artista una veintena de obras, incluyendo dos pinturas de la serie Outrenoir.
Sala del Museo Soulages. En la-colonie.com
En 2009, Pierre Soulages cumple 90 años. El Centro Pompidou de París decide homenajear al artista organizando una gran exposición retrospectiva de su obra: más de 2000 metros cuadrados. Ese mismo año, el Museo Louvre hizo una excepción en su política de exposiciones y exhibió una obra de Soulages creada en el año 2000 en su Salón Carré del ala Denon, junto con otras dos nuevas pinturas de 2019.
Exposiciones
Pierre Soulages. Dominique Levy y Galería Perrotin, Nueva York (2014)
En 2014, dos prestigiosas galerías neoyorquinas organizaron la primera exposición de obras de Pierre Soulages en Estados Unidos de los últimos 10 años hasta la fecha. La muestra presentó al público una serie de pinturas a gran escala, nunca expuestas hasta el momento, que revelaban el rigor y la potencia atemporal de la pintura del maestro. La exposición reunió total de catorce nuevas pinturas, junto con obras fundamentales creadas en los años 50 y 60 del siglo XX prestadas por importantes museos y galerías privadas.
Pierre Soulages en el Louvre (2019)
Con motivo de su centenario y de manera excepcional, en 2019 el Museo del Louvre realizó una exposición de la obra de Pierre Soulages, 'Maestro del Negro y de la Luz'. La muestra, formada por una reducida selección de obra, trazaba una línea cronológica en la que se pudo ver su evolución desde 1946 hasta el año en el que se celebró.
Pierre Soulages: A Century. Levy Gorvy, Nueva York (2019)
Otra retrospectiva celebrada con motivo del 100º cumpleaños de Pierre Soulages, en este caso en la sede de la Galería Levy Gorvy de Nueva York. La selección de obras abarcaba la producción realizada por el artista entre los años 50 del siglo XX y el momento actual, y se centró en el papel jugado por Soualges en la relación entre la pintura americana y la europea. Con motivo de la inauguración, la galería encargó al compositor Anthony Vine el tema musical que se puede escuchar en el vídeo: ‘For Pierre Soulages’.
In Praise of Light – Pierre Soulages / Tanabe Chikuunsai IV (2022)
La exposición ‘Elogio de la Luz’, organizada por la Fundación Baur – Museo del Lejano Oriente de Ginebra (Suiza) se proyectó como un diálogo entre la obra de Pierre Soulages y el artista Tanabe Chikuunsay IV. Las pinturas del maestro francés crearon un entorno envolvente junto con las obras de bambú del creador japonés, perteneciente a la cuarta generación de una estirpe de grandes maestros cesteros.
Libros
Pierre Soulages: A Century (2019). VV.AA.
Magníficamente editado, este tomo homenajea al pintor en su centenario y ensalza su figura como “Maestro del Negro”. Profusamente ilustrado, reproduce distintas obras del artista desde los años 50 del siglo XX hasta la actualidad. Se trata de un catálogo editado con ocasión de la inauguración de la muestra del mismo nombre, organizada por la Galería Levy Gorvy de Nueva York. La portada está realizada sobre plexiglás, como referencia a los vitrales creados por Soulages para la Abadía de Sainte-Foy in Conques, situada en su pueblo natal. Publicado en inglés y chino, en sus páginas las imágenes van acompañadas de un ensayo a cargo de Brooks Adams, dos poemas de Sy Hoahwah y Virginie Poitrasson y varios escritos del propio artista.
Pierre Soulages. Outrenoir (2019). Alfred Pacquement y Camille Morando
La serie Outrenoir, comenzada en 1979 por Pierre Soulages en forma de work in progress, es probablemente su trabajo más conocido y profundo. Este catálogo se publicó con motivo de la exposición del mismo título organizada por la Galería Perrotin en Shangay, China. reúne una selección de 11 piezas pertenecientes a la serie, que se caracterizan por el uso en exclusiva de la pintura negra y su manipulación para crear distintos reflejos, cambios tonales y efectos de luz. Las reproducciones de las obras se acompañan de un ensayo a cargo de Alfred Pacquement, mientras que la cronología ha sido realizada por e Camille Morando.
Soulages, la plénitude du visible (2001). Jean-Michel Le Lannou. Ed. Kimé
Bajo el título “La plenitud de lo visible”, la editorial Kimé publicó el texto de Jean Michel Le Lannou en el que el autor analiza la potencia de las emociones que suscitan las obras del artista francés. Son obras que destilan poder, solidez y atemporalidad; frente a un mundo efímero, frágil e inconsistente, sus lienzos negros constituyen sólidas rocas a las que asirse. El escritor se plantea varias cuestiones acerca de la obra de Soulages: ¿Cómo consiguen envolver nuestra mirada en un espacio/tiempo sin distancia ni ausencias? ¿Cómo logran hacernos sentir su presencia evidente e inmemorial? A través de estas y otras preguntas, el lector se enfrenta a un análisis certero y profundo de la obra de un artista que llega a lo más profundo del espíritu humano.
- Pierre Soulages: Biografía, Obras y Exposiciones - - Alejandra de Argos -
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Creador del que está considerado el primer libro de artista moderno y artífice de una de las obras conceptuales más sólidas de la historia del arte contemporáneo, Ed Ruscha absorbe la influencia de su cultura y su entorno y nos devuelve imágenes poderosas, que impactan sutilmente en nuestro subconsciente.
El icono se hace arte (y viceversa)
Ed Ruscha. Foto: David Levene/The Guardian. Obra: © Ed Ruscha. En mnuchingallery.com
El Pop art explotó en los años 60 del siglo XX, con toda la potencia de los carismáticos artistas que lo conformaron. Entre ellos y desde entonces, Edward Ruscha (Nebraska, EEUU, 1937) ha desarrollado una trayectoria marcada por una evolución coherente e imparable. En una época en la que en EEUU triunfa el Expresionismo Abstracto, su trabajo se aleja de esta escuela para centrarse en plasmar la iconografía del paisaje americano (muy en particular, el del Sur de California) y de la cultura gráfica, en forma de lienzos, fotografías y libros. Piezas que eran y son, en sí mismas, tanto iconos como obras de arte. Su capacidad para reflejar e interpretar como nadie la cultura, la soledad y la iconografía de su tierra hizo que su carrera artística despegara ya en los años 60. Ruscha ha trabajado también con la palabra como imagen y concepto, y con disciplinas como la instalación y la mezcla de materiales: una investigación que ha dado y sigue dando fruto, a través de un cuerpo de obra en constante evolución.
Liquid Words: Pool (1968). En secretimages.com
De Oklahoma a California: paisajes de infancia
Ed Ruscha nace en Omaha, Nebraska, en 1937. Sin embargo, el trabajo de su padre provoca que la familia se mudase a Oklahoma, donde el artista residirá hasta los 19 años. Su infancia siempre ha permanecido en su recuerdo y en su obra; en su edad adulta y siendo ya un artista reconocido, Ruscha ha regresado en múltiples ocasiones a Oklahoma y ha reflejado los escenarios que rodean a la ciudad. Si bien su padre no veía con buenos ojos su vocación artística (que demostró desde muy pequeño, dibujando de forma recurrente los personajes que veía en los dibujos animados), su madre no perdió la oportunidad de fomentar su amor por la música, la literatura y el arte. En 1956 Edward consigue una plaza en el Chouinard Art Institute de California, actualmente, California Institute of Arts, y se traslada a Los Angeles para comenzar su formación. Por aquel entonces los estudios Walt Disney ofrecían trabajos bien pagados a muchos de los estudiantes que se graduaban en el centro: esto provoca el cambio de opinión de su padre, que a partir de entonces ve con buenos ojos el inicio de la carrera artística de su hijo.
Large Trademark with Eight Spotlights (boceto, 1962). En edruscha.com
Ruscha desembarca en Los Ángeles y de inmediato se siente absorbido por el vibrante panorama creativo, cultural y musical de la zona. Además de involucrarse en la edición y producción de una revista de arte, el joven se sumerge de lleno en el estilo de vida californiano. En esa época su padre fallece y su madre decide viajar por Europa durante cuatro meses, llevándose con ella a sus dos hijos. Edward descubre entonces el arte clásico, aunque no se siente especialmente atraído por él: en su lugar centra su atención en los carteles y las señales, que reproducirá a menudo en dibujos y pinturas. A su regreso, su pasión por el arte gráfico le conduce a entrar a trabajar en la agencia de publicidad Carson-Roberts y aprovecha los ingresos obtenidos para empezar a desarrollar seriamente su carrera como artista. En lugar de seguir los pasos del entonces omnipresente Expresionismo Abstracto, una escuela que sus profesores le habían impulsado a seguir, Ruscha dirige su mirada hacia el entorno urbano y la publicidad. El Pop art será su primer camino, que recorrerá de una manera única y muy especial que le distinguirá del resto de sus coetáneos.
Los años 60: el Pop art y Twentysix Gasoline Stations
Boss (1962). En thebroad.com
El año 1962 marca un punto de inflexión en la carrera de Ed Ruscha. Ese año se celebra en el Pasadena Art Museum la exposición New Painting of Common Objects, que con el tiempo será considerada la primera realizada por un museo alrededor de lo que más adelante será conocido como “Pop art”. En ella participan artistas como Jim Dine, Andy Warhol o Roy Lichtenstein, junto con el propio Ruscha. En esa época pinta obras como Boss (1962), donde su pasión por la grafía, los significados y los materiales quedan patentes. El artista califica esta pieza como “su primera obra de madurez”; más adelante formará parte de una serie, junto con Honk, Smash, Noise y Oof. La pintura combina la versatilidad de los significados de la palabra “jefe” en inglés con sus connotaciones inconscientes, y combina su esencia inmaterial con la plasmación física sobre un soporte empleando texturas poderosas. De esta manera, ya en 1962 la pintura de Ed Ruscha empieza a alejarse del Pop para adentrarse en un ámbito más conceptual. Al año siguiente, Walter Hopps (que había comisariado la exposición del museo de Pasadena) le invita a exponer en solitario en su galería. Allí entra en contacto con la obra de Marcel Duchamp, a quien incluso llegaría a conocer en persona y cuya obra despierta en él auténtica pasión.
Twentysix gasoline stations (1963). En tate.org.uk
El año 1963 es también crucial en su trayectoria artística. Es cuando publica Twentysix Gasoline Stations, que a día de hoy está considerado el primer libro de artista del arte contemporáneo. Realizado en su propia imprenta, el contenido se encuentra a medio camino entre la influencia del arte pop, el imaginario estadounidense y el arte conceptual. En sus páginas, Ruscha muestra exactamente lo que dice el título: fotografías de un total de veintiséis gasolineras, con textos que indican dónde se encuentran y a qué empresa pertenecen. Las gasolineras están situadas en la ruta que separa Los Ángeles de Oklahoma, la ciudad de la infancia del artista. La primera edición constó de 400 ejemplares, a la que siguieron dos más; ninguna de ellas fue numerada. Todas se vendían a un precio de tres dólares y medio, con la idea de permitir el acceso universal a la obra de arte. Ruscha da un paso más hacia la creación de obras que esconden un sentido y un mensaje dentro de una aparente simplicidad, siguiendo la estela de su admirado Marcel Duchamp.
La representación del lenguaje y el nuevo milenio
Dance (1973). En tate.org.uk
La década de los 70 empieza para Ed Ruscha con una crisis. La pintura le parece banal y poco interesante, y durante un corto período de tiempo se aleja de ella. Cuando regresa a los lienzos, decide incorporar materiales con un sentido distinto al del collage o la técnica mixta estándar. Entonces crea su obra Dance (1973), en la que la palabra se plasma con alimentos: café, queso, especias… “Quería expandir mis ideas sobre los materiales y sus cualidades, sus valores”, comentó Ruscha. A partir de este momento, el artista recupera su interés por el arte y la pintura y compagina una intensa vida social (con un divorcio y varias relaciones sucesivas) con una continua producción artística. En esa época es ya un artista reconocido, cuya obra es demandada y adquirida por coleccionistas, museos y estrellas de Hollywood. Entre los años 70 y 80 del siglo XX realiza series de obras alrededor de la palabra, la frase y el concepto, en las que continúa explorando la presencia del lenguaje a través de la pintura, el dibujo, la fotografía, el grabado y la producción editorial. A mediados de los 80 comienza a introducir de nuevo la imagen figurativa en las obras, marcando un nuevo punto de inflexión; lo hace en forma de paisajes, cada vez más alejados de California y siempre con mensajes sobreimpresos.
Expansion of the Old Tires Building (1993). De la serie Course of Empire. En gagosian.com.
El final de siglo y el comienzo del nuevo milenio encuentran a Ed Ruscha en constante producción y evolución. Las exposiciones se suceden y su obra se muestra en galerías, museos y centros de arte de todo el mundo, convirtiéndose en uno de los artistas más cotizados del momento. Tras el fallecimiento de su marchante, Leo Castelli, en 1997, la Galería Gagosian se hace cargo de su representación y logra su inclusión en la Bienal de Venecia de 2005, donde el artista expone Course of Empire, una serie de 10 pinturas a gran escala en 2016 se celebra la exposición Extremes and In Betweens en la sede londinense de la Galería Gagosian, donde el propio autor nos habla de su trayectoria y su trabajo actual. En los últimos años, Ed Ruscha no ha cesado de trabajar, exponer y evolucionar. Su proyección sigue siendo imparable, con una obra que alcanza hitos históricos en las subastas de arte: en el año 2019, su pintura de 1962 Hurting the Word Radio#2 se vendió por 52,5 millones de dólares en la casa Christie’s, superando su propio récord anterior.
Hurting the Word Radio#2 (1962). En abc.com
Exposiciones
Ed Ruscha: Made in Los Angeles (2003). Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía – Palacio de Velázquez
Fotografía de la exposición. En museoreinasofia.es
En el año 2002, el Museo Reina Sofía de Madrid dedicaba una gran exposición a la obra de Ed Ruscha. La muestra se centró en la ciudad de Los Ángeles como tema central de las piezas seleccionadas: en su momento se convirtió en un tema recurrente en la obra de Ruscha, hasta llegar a extremos casi obsesivos. La muestra planteaba un punto de vista temático, en lugar de emplear la clásica organización cronológica característica de las retrospectivas. La exposición permitió realizar un completo repaso de la trayectoria del artista hasta la fecha.
Ed Ruscha: Los antiguos robaron todas nuestras grandes ideas (2012).
En el año 2012, el Kunsthistorisches Museum comenzó una serie de exposiciones en las que se invitaba a primeras figuras del arte internacional a trabajar con las colecciones del propio museo. Ruscha visitó el centro por primera vez en 1961; medio siglo después regreso como artista invitado, y se encargó de realizar una selección de piezas única y personal.
Ed Ruscha: In Focus (2013). Getty Museum NY
En 1963, Ed Ruscha comienza a publicar libros de artista de bolsillo. Varias de las fotografías que aparecían en ellos fueron la fuente y el origen de otras de sus obras, realizadas sobre distintos soportes. La muestra organizada por el Getty Museum permitió al público admirar muchas de estas fotografías, seleccionadas ente las impresiones vintage adquiridas entonces por el museo y por el Getty Research Institute.
Made in San Francisco: Ed Ruscha Etchings 1982-2014 (2016). Crown Point Press
Otro de los campos de interés de Ed Ruscha como artista es el del grabado y la impresión. La exposición Made in San Francisco se dedicó precisamente a las obras creadas por él con distintas técnicas gráficas, entre los años 1982 y 2014. La selección estaba formada por un total de treinta y nueve piezas, incluyendo dos portfolios que fueron expuestos al público por primera vez.
Ed Ruscha: OKLA (2021). Oklahoma Contemporary
En febrero de 2021, el centro de arte Oklahoma Contemporary organizó una completa exposición, centrada en las distintas formas en las que la obra de Ed Ruscha muestra una conexión con su infancia, transcurrida en la ciudad de Oklahoma. La retrospectiva analizaba la presencia de las raíces del artista en su trabajo, centrándose en aspectos como la familia, la educación y el descubrimiento de su vocación.
Libros
"Twentysix Gasoline Stations" (1963). Edward Ruscha
Ed Ruscha está considerado el “padre” del libro de artista contemporáneo. En concreto, la publicación de Twentysix Gasoline Stations fue el detonante de esta calificación. Se trata de un sencillo libro formado por fotografías en blanco y negro, que a día de hoy se ha convertido en todo un icono. Las imágenes retratan una serie de gasolineras ubicadas en la autopista que une la ciudad de Los Ángeles y su casa familiar en Oklahoma. Este libro es el primero de otros similares con el mismo formato e intención, una tipología de objeto artñistico que Ruscha lleva a su máximo nivel.
"Leave Any Information at the Signal" (2002). Ed Ruscha. Editado por Alexandra Schwartz
Las tres partes que conforman este libro crean un universo global, perfecto para acercarse a la persona y a la obra de Ed Ruscha. La primera parte está formada por manifiestos, cartas y otros escritos, mientras que en la segunda se pueden leer más de cincuenta entrevistas realizadas a lo largo de los años. La sección final contiene bocetos de dibujos, asociaciones de palabras y notas que ayudan a comprender la manera en la que el artista desarrolla sus conceptos y resuelve problemas prácticos. Los textos van acompañados por más de 80 ilustraciones seleccionadas por el artista.
Ed Ruscha. 50 Years of Painting (2009). James Ellroy (Autor), Ralph Rugoff (Autor), Alexandra Schwartz (Autor). Hayward Gallery Publishing
Para todas aquellas personas que deseen tener un libro que recorra y analice la obra de Ed Ruscha, el catálogo de la muestra organizada en 2009 por la Hayward Gallery de Londres es sin duda una excelente opción. El libro recorre la carrera de Ruscha hasta la fecha, con imágenes de las 78 obras seleccionadas y mostradas por la galería.
Leer más: Entrevista a Ed Ruscha
- Ed Ruscha: Biografía, Obras y Exposiciones - - Alejandra de Argos -
- Detalles
- Escrito por Marta Sánchez
Wayne Thiebaud es célebre por sus cuadros donde revive la esencia de Norteamérica en forma de mostradores de pastelerías, paisajes y retratos. Su obra se aleja de la escuela pop para marcar un camino personal y único, con una evolución permanente que parte de la observación y la imaginación
“Es en la sombra donde tiene lugar toda la luz” (Wayne Thiebaud)
Wayne Thiebaud. En voorlinden-nl
Si algo son las pinturas de Wayne Thiebaud, es precisamente eso: luz, color y presencia. A pesar de ser un artista cuya obra no ha tenido mucha difusión en Europa, en Estados Unidos está considerado una figura emblemática del arte del siglo XX y principios del XXI. Thiebaud, fallecido en 2021 a los 101 años de edad, fue muchas veces incluido en la escuela del Pop-Art; sin embargo, él nunca se consideró parte del movimiento y renegó de la obra de algunos de sus máximos exponentes (Andy Warhol, sin ir más lejos). Desde sus primeros tiempos como dibujante de viñetas en los estudios Disney hasta sus últimos años de vida, el artista no dejó de buscar la esencia de objetos, personas y paisajes a través del color, la pincelada y una engañosamente banal elección de los temas. En los años 2020 y 2021, dos de sus obras se vendieron en subasta por 8,4 y 19 millones de dólares, respectivamente: el mercado se rindió por fin a la excelencia de un creador cuya humildad, esfuerzo y pasión por el arte y la enseñanza rigieron toda su vida.
Encased cakes (2010-11).En sothebys.com
Adolescencia y juventud en California. Disney y la II Guerra Mundial
Wayne Thiebaud nace en Mesa, Arizona en 1920. Sin embargo, su infancia y su adolescencia están íntimamente ligadas a Long Beach, la localidad costera de California a donde su familia se mudó cuando Thiebaud solo contaba con 6 meses de edad. Sus pinturas parecen bañadas por el sol californiano, y vibran con colores y formas inspirados en los drugstores y los puestos de helados y perritos calientes que acompañaron sus primeros años de vida. El futuro artista demuestra desde muy joven su pasión por el arte: con tan solo 15 años empieza a trabajar a tiempo parcial como diseñador de carteles para funciones teatrales. Un año después consigue un trabajo de verano como becario en los Walt Disney Studios. Su misión era dibujar lo que se conoce como in-betweens, fotogramas empleados en las películas animadas para crear como Goofy, Pepito Grillo o Pinocchio. Ya en su adolescencia, Thiebaud aprende el valor del esfuerzo y del trabajo; aspectos que no dejaría de aplicar a su obra posterior, y que transmitiría incansable a los miles de alumnos que pasaron por sus clases.
El Cabo Wayne Thiebaud dibujando su tira cómica, Aleck, en 1943. Foto: cortesía de Wayne Thiebaud para sactownmag.com.
Los años de la depresión provocaron que la trayectoria del joven creador se enfocara hacia el arte comercial, aunque su atracción por las artes plásticas era más que patente. Thiebaud se forma en la Long Beach Polytechnic School y en el Frank Wiggins Trade School, actualmente Los Angeles Trade-Technical College. Sin embargo, el estallido de la II Guerra Mundial le obliga a enrolarse en las Fuerzas Aéreas, donde permanece lejos de la línea del frente gracias a su talento para el dibujo. Gracias a su experiencia con Disney, Thiebaud es asignado al Departamento de Servicios Especiales para trabajar como ilustrador y humorista gráfico. Más adelante pasará a formar parte de la Unidad de Películas de la First Air Force, comandada por aquel entonces por el actor y futuro presidente Ronald Reagan.
Los años 50 y 60: pasteles, golosinas y escaparates
Finalizada la Guerra, Wayne Thiebaud se reincorpora a su actividad como artista comercial. Siguiendo el consejo del artista expresionista abstracto Robert Mallary decide terminar sus estudios de arte. Por aquel entonces tiene ya 30 años y está casado; en 1945 y 1951 nacerían sus dos hijas. Para mantener a su familia sin tener que abandonar sus estudios, Thiebaud empieza a trabajar como profesor de arte. La docencia se convirtió en una de sus pasiones, y no la abandonaría hasta los años 90. Esto no impidió que entre 1956 y 1957 decidiera tomarse un año sabático en Nueva York, donde entraría en contacto con grandes artistas de la época como Robert Rauschenberg o Jasper Johns, entre otros. Es en este momento cuando empieza a explorar su propio camino como pintor: sus conocimientos de arte comercial, su pasión por el color y la luz y su talento para el dibujo realista le empujan a realizar sus primeras obras. En ellas queda ya patente el interés de Thiebaud por retratar imágenes de comida, repostería y escaparates.
Around the cake (1962). En artblot.wordpress.com
A su regreso a Sacramento, California, el joven artista no encuentra suficientes galerías donde exponer sus nuevos lienzos. Decide mostrar su obra en tiendas, restaurantes e incluso en la cafetería de un teatro. Aunque su experiencia neoyorquina le inocula unos intensos deseos de seguir pintando y desarrollando su estilo, Thiebaud no se siente integrado en el mundillo artístico de la Gran Manzana; aun así, es esta ciudad la que le ofrece la tan esperada oportunidad. En 1962, el galerista y marchante Allan Stone acepta representarle: es el comienzo de una larga relación, tanto laboral como de amistad. Stone no duda en describirle como “un gran pintor, cuyo toque mágico solo se ve superado por su auténtica modestia y su genuina humildad”. Además de exponer en la galería de Stone, la obra de Thiebaud es incluida en dos exposiciones colectivas fundamentales para comprender el devenir del Pop-art norteamericano (aunque él nunca se consideró un artista pop). Hablamos de la célebre New Painting of Common Objects, organizada por el Pasadena Art Museum, y la International Exhibition of New Realists en la Sidney Janis Gallery.
Two seated figures (1965). En flickr.com/photos/dnet/31664876138
Wayne Thiebaud se divorcia en 1958. Poco después se vuelve a casar con la cineasta Betty Jean Carr, y nace su hijo Paul, quien años después abrirá su propia galería. Entonces se convertirá en representante de la obra de su padre, tras el fallecimiento de Allan Stone en 2010. A mediados de los años 60 el artista entra en contacto con el mundo de las artes gráficas, realizando sus primeros grabados en Crown Point Press. Lejos de seguir el camino de otros artistas de la escuela pop como Warhol, en lugar de crear imágenes inspiradas en la publicidad decide centrar su obra sobre papel en los retratos y los paisajes. Obras,como Palms (1965) lucen una radical ausencia de color y de trazo que las acerca a la pura abstracción y a otras escuelas que vendrían décadas más tarde, como la minimalista. Durante los años siguientes, Wayne Thiebaud continuará desarrollando su carrera artística sobre lienzo y papel, manteniéndose fiel a sus temas centrales: los retratos, la comida y los paisajes, muchas veces cercanos al trabajo de otros artistas icónicos norteamericanos, como Edward Hopper.
Palms (1965). En flickr.com/photos/rocor/31558690895
Memoria, imaginación y observación. Una obra tan rica como extensa
Sunset Streets (1985). En sfmoma.org
“El [arte] es una maravillosa combinación de memoria, imaginación y observación directa. Tiene mucho que ver con el anhelo. […] Lo que me interesa y siempre me ha interesado es la maravillosa búsqueda de las posibilidades de la pintura, así como estar dispuesto a correr riesgos y a probar cosas que pueden no parecer lógicas”. Estas palabras, reflejadas en el catálogo de una de sus últimas exposiciones, reflejan a la perfección la esencia de la obra de Wayne Thiebaud. Durante los años 80 y 90 y las dos primeras décadas del siglo XXI continúa trabajando y desarrollando nuevos puntos de vista, cercanos incluso a la abstracción geométrica (como se puede comprobar en obras como Sunset Streets, pintada en 1985).
Counter Woman (2015). En artbasel.org
Al mismo tiempo, como artista sigue investigando las posibilidades del realismo más cotidiano en sus pinturas de escaparates y repostería, cada vez más precisas, elegantes y personales. Todo, sin renunciar a su interés y pasión por el dibujo y el grabado, en los que refleja el mundo comercial que siempre le fascinó junto con la soledad inherente al ser humano. Rasgos que quedan patentes en obras como el sobrecogedor grabado a punta seca Counter Woman, de 2015. Wayne Thiebaud fallece en 2021 a los 101 años de edad, dejando una obra sólida y relevante que, cada vez más, se revela como uno de los cimientos de la pintura contemporánea.
Exposiciones
Wayne Thiebaud: Prints and works on paper (2015)(2003). Sims Reed Gallery
La prestigiosa galería londinense centrada en obra impresa y sobre papel dedicó en 2015 una exposición al trabajo gráfico de Thiebaud. Sorprendentemente, se trata de un artista cuya obra se ha expuesto pocas veces en Europa, algo que muchas galerías e instituciones han decidido solucionar en los últimos tiempos. Thiebaud pensaba que no existe ninguna jerarquía que dé más importancia a las obras sobre lienzo, frente a las ejecutadas en papel. De hecho, consideraba que este soporte tiene “una belleza y una eficacia únicas y muy especiales”.
Wayne Thiebaud, Dibujante (2018). The Morgan Library & Museum, NY
La obra de Thiebaud no consiste únicamente en coloridas imágenes de postres o de paisajes urbanos. El artista también desarrolló un importante trabajo de dibujo sobre papel, un talento que demostró desde su juventud, cuando trabajó como ilustrador y dibujante de animación. En esta exposción, la institución cultural y artística neoyorquina realizó una gran selección de obra que incluyó imágenes de mostradores de pastelería, figuras solitarias en las calles de San Francisco y otras escenas clásicas del imaginario del artista. Todas ellas, rebosantes de poesía y nostalgia.
Wayne Thiebaud (2018). Museo Voorlinden, Holanda
La difusión de la obra de Thiebaud en Holanda no se quedó en la iniciativa de Londes. El mismo año, el Museo Voorlinden de Arte Contemporáneo de Holanda presentó la primera retrospectiva del artista, del que señalaban “colocó la vida cotidiana norteamericana en el núcleo de su práctica”. La muestra reunió un total de sesenta obras, realizadas entre 1961 y 2018.
Wayne Thiebaud: Clowns (2021). Laguna Art Museum, California
En diciembre de 2019, Wayne Thiebaud expuso por primera vez una selección de obras de su serie sobre payasos en la galería de su hijo, Paul Thiebaud. La muestra que inauguró en 2021 el Laguna Art Museum de California cogió el testigo de la galería para su muestra Clowns, formada por más de 40 piezas. A lo largo de 12 años el artista realizó docenas de pinturas, dibujos y grabados protagonizados por payasos, personajes a los que empezó a admirar de niño durante las funciones que el Circo Ringling Brothers celebraba en Long Beach.
Wayne Thiebaud 100: Paintings, Prints, and Drawings (2021-22).
The McNay Museum, San Antonio, Texas
El título de esta exposición se refiere a las 100 obras seleccionadas por el museo, a través de las cuales el público pudo recorrer la trayectoria y la vida del artista como piezas icónicas y representativas. La muestra incluyó todos los temas, soportes y técnicas empleados por Wayne Thiebaud a lo largo de su carrera.
Libros
Wayne Thiebaud. 70 years of paintings (2007). Gene Cooper. Edición: Laguna Art Museum & Palm Springs Art Museum
En el año 2007, el Laguna Art Museum de EEUU inauguró una gran exposición retrospectiva con piezas seleccionadas de la producción de Wayne Thiebaud, desde sus inicios hasta la fecha. Con motivo de la muestra, el museo editó y publicó este catálogo de 110 páginas en las que se reproducen las 84 piezas que formaron parte de ella. El libro incluye también un prólogo de Bolton Colburn, y un ensayo escrito para la ocasión por el comisario de la exposición, el Dr. Gene Cooper.
Wayne Thiebaud. Lectures on Art and Drawing (2018). Wayne Thiebaud y L.G. Williams. CreateSpace Independent Publishing Platform.
Durante cuatro décadas, Thiebaud ejerció como professor en la University of California Davis hasta su jubilación a los 70 años. La docencia fue siempre una de sus pasiones, junto con la pintura y el tenis; como profesor, el artista ayudó a miles de estudiantes a comprender e interiorizar la maravilla de la creación artística. Este libro recoge por primera vez las famosas conferencias impartidas por Thiebaud durante sus años docentes, incluyendo Iniciación al Dibujo, Dibujo Descriptivo, Dibujo del Natural, Iniciación a la Pintura, Grabado y Teoría y Crítica.
Delicious Metropolis: The Desserts and Urban Scenes of Wayne Thiebaud (2019). Chronicle Books
Delicious Metropolis hace dialogar dos de los temas más habituales y celebrados de la obra de Wayne Thiebaud: los postres y los paisajes urbanos. Cuando se confrontan en las páginas del libro, emergen fascinantes yuxtaposiciones en las que las capas de un pastel napolitano reflejan las sombras que caen sobre una calle a última hora de la tarde… Y los tonos pastel de los bizcochos helados reproducen las casas de mil colores de los paisajes californianos. A través de las imágenes, el lector es guiado por una serie de ensayos escritos por comisarios, críticos y artistas: una forma refrescante, profunda y accesible de aproximarse a la obra de uno de los artistas más relevantes y sólidos de la Norteamérica de los siglos XX y XXI.
- Wayne Thiebaud: Biografía, Obras y Exposiciones - - Alejandra de Argos -
- Detalles
- Escrito por Marta Sánchez
Frente a tantos artistas que se encasillan en su propio personaje y sacan réditos de un estilo que les mantiene en primera línea, Christopher Wool ha cambiado de soporte, técnica e imaginario varias veces a lo largo de las décadas. Y aun así, su obra conserva y mantiene una coherencia esencial.
El arte como experiencia emocional
Christopher Wool. Foto de José Olivera / @jose_olivera. En gastv.mx
“Si no pierdes el miedo a los cambios, no progresarás”. Con estas palabras, Christopher Wool hace una declaración de intenciones sobre su propio trabajo. Frente a tantos artistas que se encasillan en su propio personaje y sacan réditos de un estilo que les mantiene en primera línea, Wool ha cambiado de soporte, técnica e imaginario varias veces a lo largo de las décadas. Y aun así, su obra conserva y mantiene una coherencia esencial: cada pieza forma parte de una investigación sobre el arte abstracto, que recrea y transforma empleando símbolos y signos pertenecientes a la cultura actual. A través de sus célebres word paintings (pinturas de palabras), sus serigrafías, fotografías y esculturas, la obra de Christopher Wool interpela directamente al espectador acerca del papel del arte: su necesidad y/o banalidad, su papel en la sociedad actual y su identidad. Su opinión la deja clara: para él, “la pintura es un medio visual y está pensada para ser contemplada. Es como escuchar música: una experiencia emocional”.
Apocalypse Now (1988). En christies.com
El camino del artista: primeros años
Christopher Wool nace en Boston, EE.UU. en 1955. De familia acomodada, su padre es biólogo molecular y su madre, siquiatra. La infancia del joven Christopher experimenta varias mudanzas: la primera de ellas tiene lugar tras su nacimiento y tiene como destino Chicago, donde crecerá junto a su hermano pequeño. Ya en el instituto decide estudiar arte y fotografía. Aunque Wool siempre ha sido reticente a mencionar cualquier referente artístico en su obra, se sabe que uno de sus profesores de arte fue Robert Donald Erickson, alumno del famosísimo y prestigioso fotógrafo y artista de vanguardia Lászlo Moholy-Nagy. La ciudad de Chicago y su dinámica escena artística le permiten entrar conocer la obra de Dan Flavin a través de una exposición, así como asistir a una serie de performances a cargo del Art Ensemble of Chicago. Son dos eventos fundamentales para Wool, sus primeros contactos con el minimalismo y el arte conceptual que reflejará más adelante su propia obra.
La obra de Dan Flavin ejerció una influencia decisiva durante la adolescencia de Christopher Wool. Foto: Ohne Titel (For Bob and Pat Rohm). Dan Flavin, 1970. En flickr.com/photos/kurmis/
Chistopher Wool tiene 17 años cuando se adentra por primera vez en el estudio del arte y la fotografía. Para ello, asiste al Sarah Lawrence College de Nueva York y trabaja bajo la tutela de un artista fundamental en la escena neoyorquina: Richard Pousette-Dart, pintor expresionista abstracto fundador de la Escuela Pictórica de Nueva York. Pousette-Dart intenta infructuosamente que Wool no siga el camino de la pintura; este, por su parte, abandona las clases y se enrola en la New York Studio School. Sin embargo, la influencia de su maestro es intensa: el joven artista muestra una clara preferencia por las obras de expresionistas como Mark Rothko o Willem de Kooning. A pesar de su claro interés por el arte y la pintura, Wool vuelve a dejar las clases al poco tiempo de entrar en la escuela. Con el tiempo, no dudaría en comentar que siempre rechazó lo que le enseñaron sus maestros, y que lo único que interiorizó de sus años de formación fue un consejo de Poussette-Dart: “el artista debe recorrer su propio camino de forma constante e independiente, a pesar de cualquier problema”.
Los años ochenta. Underground, patrones y word paintings
Untitled (1988). En artbasel.com
A comienzos de la década, Wool continúa buscando su voz y su camino en el ámbito artístico de la ciudad de Nueva York. Tras dejar atrás los estudios académicos, se sumerge de lleno en la escena del cine y la música underground, que a mediados de los años 70 experimenta un auténtico boom. El East Village, sobre todo, despliega su potencia dentro de la estética punk rock, generando explosiones en forma de grafitis, performances y experiencias multidisciplinares. En 1976 Wool alquila un estudio y comienza a crear sus primeras obras completamente personales, que supondrán el inicio de su trayectoria posterior. Sin embargo, la práctica totalidad de las piezas son destruidas a posteriori por el propio artista: Wool renuncia a apoyarse en ellas para continuar, apostando por el reinicio constante y la reinvención permanente. Entre 1980 y 1984 trabaja con Joel Shapiro como ayudante artístico; la influencia de las esculturas creadas por el artista se mostrará claramente en sus propias pinturas abstractas. El año 1981 marca un hito en la carrera y la vida de Christopher Wool: vende su primera obra al artista Dieter Roth.
And if (1992). En americansuburbx.com
Llega el año 1984 y Christopher Wool vive dos experiencias fundamentales en su carrera. Se inaugura su primera exposición en solitario, y también se publica su libro de artista 93 Drawings of Beer on the Wool. Sus obras ya muestran un estilo claro y representativo, basado en la repetición de formas y figuras en busca de la despersonalización y la alteración de los lenguajes plásticos. A mediados de los 80, Wool investiga el uso de patrones, plantillas y motivos repetidos, que imprime con color negro sobre lienzos blancos. El objetivo: descontextualizar motivos conocidos y populares para convertirlos en imágenes abstractas. Este propósito lo repetirá de nuevo más adelante, pero empleando en su lugar signos, letras y palabras. Será en 1987 cuando creará las primeras de sus word paintings (pinturas de palabras), que en años posteriores le convertirán en un artista enormemente popular, alcanzando altísimas cotizaciones en las subastas.
A Project. Christopher Wool / Robert Gobber (1988). En www.303gallery.com
Según el propio artista comentó en su día, la primera de estas obras fue inspirada por la visión de un camión de reparto en el que se podían ver las letras SEX LUV impresas sobre un fondo blanco. Wool decide llevar esta imagen a un entorno artístico, ajeno a cualquier interpretación lingüística, en firma de serigrafías. Las letras forman palabras, acrónimos y laberintos visuales que las convierten en imágenes sin significado literario. El interés de Wool por la palabra y su descontextualización se mantendrá patente durante décadas: en 2008 creó el libro Psychopst junto con Richard Hell, con 57 imágenes generados por ambos a partir de asociaciones léxicas. A finales de la década, Wool empieza a desarrollar colaboraciones con otros artistas, algo que se convertirá en una constante en su carrera. En aquella época trabaja con artistas como Robert Gober, con quien fusiona su obra Apocalypse now con la escultura de Gober Three Urinals y una fotografía realizada entre ambos.
Los años 90 y el principio del milenio
Fotografía del libro Absent without leave (1993). En hapersbooks.com
En 1989, Christopher Wool pasa un año en Roma con una beca. Durante esos meses se dedica fotografiar rincones de la ciudad, integrando la fotografía en su cuerpo de obra a partir de entonces. Durante los años 90 reside en Nueva York con estancias ocasionales en otras ciudades, como Berlín. En 1993 publica el libro Absent without leave, una recopilación de 160 imágenes en blanco y negro tomadas durante sus viajes; las experiencias vividas durante esta década le sirven para desarrollar las técnicas de la serigrafía y el spray, que definen su obra.
Untitled (1994). En maxhetzler.com
Desde el año 2000 hasta la actualidad, Wool ha continuado su evolución creativa con la misma discreción que ha mostrado siempre a lo largo de su carrera. A principios del milenio empieza a trabajar con la ilustración digital, y al mismo tiempo continúa con sus colaboraciones. En una rara entrevista concedida en 2014, a la pregunta de qué acontecimientos consideraría esenciales en su carrera artística, respondió: participar en una exposición en el Guggenheim de Nueva York y hacer una portada para un disco de Sonic Youth. El diseño de la carátula del álbum Rather Ripped (2006) le consiguió su primer deseo. En cuanto a la exposición, el museo Guggenheim organizó en 2013 una gran retrospectiva con sus obras, contextualizada con piezas de artistas como Basquiat o Jeff Koons, entre otros.
Portada del disco Rather Ripped - Album de Sonic Youth (2006). En sonicyouth.com
Exposiciones
Christopher Wool: Crosstown Crosstown (2003)
En el año 2003, el Centro de Artes Contemporáneas de Dundee (EEUU) organizó una exposición con la última obra realizada entonces por Christopher Wool. En el vídeo, el artista habla sobre la muestra y sobre su obra en el centro.
Christopher Wool: Porto-Köln (2008)
El nombre de esta exposición hace referencia a las ciudades en las que se encuentran las sedes donde tuvo lugar: el AK Museu Serralves de Oporto, Portugal, y el Museum Ludwig de Colonia, Alemania. En ella se mostraron las últimas piezas creadas por Wool (lienzos y serigrafías creados entre 2006 y 2008), haciendo hincapié en la investigación realizada por el artista acerca de cómo cambia una composición cuando se realiza sobre distintos soportes.
Christopher Wool. Guggenheim Museum New York (1913)
Grazer Kunstverein, Graz (1992). Fotografía de Christopher Wool. En guggenheim.org
La exposición retrospectiva que en 2013 el Museo Guggenheim de Nueva York dedicó a Christopher Wool supuso la consagración definitiva del artista como figura de primera lína. La muestra suscitó una intensa controversia entre la crítica especializada: ellcrítíco Christopher Knigh calificó la obra como "banal", mientras que expertos comoJerry Saltz señalaron que "el arte de Wool crea un nuevo orden a partir del caos".
Christopher Wool. Galería Max Hetzler (2017)
Imagen de la exposición Christopher Wool en la Galería Max Hetzler. En maxhetzler.com
La muestra organizada por la galería de Berlín reunió una serie de obras realizadas por Christopher Wool sobre papel, así como varias pinturas a gran escala y una escultura de pequeño formato. Las pinturas, realizadas en 2016 y 2017, son “reapropiaciones” de una serie de piezas sobre papel que el artista hizo en 1986 (las Series Rorschach). El resto de las piezas seleccionadas para la exposición también fueron reinterpretaciones de piezas anteriores, lo que demuestra la cualidad cambiante y evolutiva de la obra de Wool.
Chistopher Wool. Gagosian Art Basel Online Viewing Room (2018)
Imagen de la Gagosian Art Basel Online Viewing Room (2018) En hypebeast.com
La galería neoyorquina Gagosian invitó a Christopher Wool a participar en su primera Online Viewing Room, instalada en la Art Basel del año 2018. En ella, el artista experimentó con distintas técnicas y las incorporó a sus obras: máquinas, serigrafías, impresones de inyección, spray, sellos, plantillas, fotografías y fotocopias.
Libros
“Psychopts; Richard Hell, Christopher Wool”. Christopher Wool. JMC & GHB Ed., 2008
Nos encontramos ante un libro de artista, surgido de la colaboración entre el músico y escritor Richard Hell y Christopher Wool y que tiene como punto de partida la experiencia compartida de ambos alrededor de la lectura. Los creadores generan imágenes a partir de una selección de parejas de palabras, conceptualmente distanciadas, pero también conectadas de manera subliminal. Como resultado, el libro se convierte en una experiencia de lectura y de no-lectura, que se desliza peligrosamente entre el mundo de lo racional y el caótico reino de la asociación polimórfica.
“Christopher Wool. Pattern Paintings 1987-2000”. VVAA. Skarsted, 2008
Este catálogo se publico en su día con motivo de la exposición del mismo nombre. En sus páginas encontramos una breve e interesante colección de diecisiete pinturas con patrón, junto a diez imágenes del montaje de dichas obras en el espacio expositivo. Antes de la exposición, las obras de Wool no habían sido expuestas con anterioridad: a partir de ese momento, el imaginario del artista pasó a ser una influencia permanente en el mundo de las artes plásticas.
“Christopher Wool: Crosstown Crosstown 2003, Dijon/Dundee”. Les Presses du Reel
La primera exposición en solitario de la obra de Wool en Europa fue organizada por dos centros artísticos: The Consortium (Dijon, Francia) y Dundee Contemporary Arts Centre (Dundee, Escocia). Al igual que la muestra, el catálogo investiga la relación entre su obra pictórica, sus serigrafías y sus fotografías. El libro recoge la serie East Broadway Breakdown, una colección de 150 Polaroids tomadas entre 1993 y 2001, y una selección de serigrafías y pinturas. Las imágenes se complementan con un ensayo introductorio, a cargo de Anne Pontégnie.
- Christopher Wool: Biografía, Obras y Exposiciones - - Alejandra de Argos -