Alejandra de Argos por Elena Cue

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Anka Moldovan nos invita a compartir su mirada en el Instituto Cultural Rumano de Madrid

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En la exposición 'Una mirada compartida', la artista de origen rumano afincada en Asturias vuelve a transportar al público a su tierra de nadie, donde los personajes habitan la bruma.

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Cartel de la exposición 'Una mirada compartida'. Instituto Cultural Rumano. En icr.ro

 

La pintura de Anka Moldovan evoluciona de forma sutil a partir de los elementos que son comunes a su imaginario: lo figurativo y lo difuso; lo real y lo soñado. Sus escenarios están inconclusos y se disuelven, en palabras del replicante Nexus 6, “como lágrimas en la lluvia”. En ellos transitan personajes cuyas vidas se nos escapan, pero que dejan una impronta permanente en el subconsciente. Nos reconocemos en ellos como seres de vida fugaz y confusa; pero su esencia real permanece oculta, y nos invita a imaginarla y a soñar. El universo de Moldovan se reúne ahora en el Instituto Cultural Rumano de Madrid, donde el 8 de marzo la artista presentó su exposición ‘Una mirada compartida’. En ella presenta su última obra, que incluye una serie de pinturas realizadas durante la pandemia y donde ha investigado con nuevos elementos relacionados con la naturaleza, tan presente en el pequeño núcleo rural asturiano en el que reside y trabaja. El punto de partida de la exposición nos lo desvela su propio nombre: la mirada que compartimos con quienes nos cruzamos y con los que convivimos. En conjunto, como comentó la artista en la inauguración de la muestra, refleja “un juego de miradas cruzadas en el que todos observamos y somos observados, con curiosidad, deseando saber más".

 

 

La artista Anka Moldovan habla sobre su trayectoria vital y artística desde su taller en Asturias. Canal del Instituto Cultural Rumano de Madrid.

 

Durante la inauguración, que con se celebró coincidiendo con del Día de la Mujer, el comisario Santiago Martínez habló sobre la obra de Moldovan. En sus lienzos, señaló, “a la inconcreción formal de las figuras se une la del propio lugar que habitan. Las referencias espaciales también se desdibujan, no hay fronteras, y apenas se intuye la línea del horizonte”. Son pinturas que apuestan por una paleta cromática sutil y de espectro reducido, donde las transparencias, los volúmenes creados con pasta aplicada sobre la madera, la impresión de distintas materias que crean texturas y los efectos de pintura diluida van dejando aparecer figuras casi espectrales. “Nieblas, asfaltos y personajes que van, que vienen, que se detienen y se articulan bajo una abstracción figurativa”, define con acierto la reseña publicada por el Instituto Cultural Rumano de Madrid en su página web. No es la primera vez que la artista muestra su obra en la capital; en 2014 exhibió varios de sus lienzos en la Casa de América, dentro de la serie de exposiciones Arte en la red. De lo virtual a lo físico que organizó entonces la institución. Ocho años después regresa a la ciudad con una obra que no deja de evolucionar y perfeccionarse, creando espacios abiertos a la reflexión en los que la pintora nos invita a perdernos y a volvernos a encontrar. La exposición ‘Una mirada compartida’, de acceso libre, permanecerá abierta al público en el Instituto Cultural Rumano de Madrid hasta el 31 de marzo.