El periodista Pedro Cuartango hace un repaso de sus recuerdos y sus pasiones literarias y artísticas en su nuevo libro. Un compendio de artículos, reflexiones y memorias que vibran con la mejor nostalgia e invitan a celebrar la vida.
Cubierta del libro Elogio de la quietud. Pedro Cuartango. Editorial Círculo de Tiza, 2020.
En el prólogo de Elogio de la quietud (editorial Círculo de Tiza), el periodista, pensador y ensayista Pedro Cuartango advierte que ha escrito este libro “no con afán de exhibicionismo, sino con la convicción de que el lector hallará en mis reflexiones algún tipo de complicidad y también una mirada compleja sobre el misterio de vivir”. El título del libro ya es, de por sí, revelador: porque es evidente que el camino que ha seguido el autor no es el del ansia de conocer lo que está por llegar, sino el de recordar lo experimentado y lo amado para celebrar la simple fortuna de estar vivo. En un artículo publicado en el diario El Mundo en 2014, Cuartango cita al escritor Somerset Maugham para expresar un sentimiento propio y compartido: “como nadie sabe por qué, tendríamos que comprender humildemente la belleza de la quietud y esforzarnos en atravesar la vida sin ruido a fin de que el azar no diera cuenta de nosotros”. Este libro se esfuerza en comprender precisamente ese concepto, y lo consigue a través de la mirada de un escritor inquieto como pocos. Siguiendo los pasos de su admirado Marcel Proust, Pedro Cuartango se devuelve a sí mismo su tiempo perdido en las páginas de la obra y nos invita a encontrarlo con él. Y al mismo tiempo, nos ayuda a redescubrir nuestro propio pasado a través de unas vivencias que muchas veces resultan comunes y compartidas.
Retrato de Pedro Cuartango. En rtve.es.
En línea con las añoradas vanguardias de principios del siglo XX, el libro comienza con un Manifiesto Minimalista en el que Cuartango invita a disfrutar de la vida, “que es lo único que tenemos por un rato”. A lo largo de las páginas que lo suceden el lector acompaña al autor en sus recuerdos y reflexiones, que trazan un recorrido desde el paraíso perdido de Miranda de Ebro (localidad natal del escritor y escenario de su infancia, transcurrida entre locomotoras de vapor y naturaleza) hasta su eterna París, ciudad donde el periodista persigue los fantasmas (vivos o desaparecido) de los escritores que siempre le han acompañado. La lectura es otra de las pasiones que el autor refleja con intensidad; una pasión que ha acompañado a Cuartango durante toda su vida. Los personajes de su infancia incluyen clásicos que muchísimos lectores y lectoras, entre los que me incluyo, consideran su patrimonio literario personal: el siempre eterno Guillermo de Richmal Crompton, las aventuras de Los Cinco de Enyd Bliton o el azaroso Tintín. Así, en las páginas de este Elogio de la quietud recorremos nuestra propia vida a través de los recuerdos y las pasiones literarias, filosóficas y artísticas de alguien que ha sabido vivir la suya con intensidad, con la nostalgia justa y con la sensibilidad perfecta para recordarla como se merece.
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