Alejandra de Argos por Elena Cue

Alain Fikielkraut analiza la corrección política en ‘La posliteratura’

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El último ensayo del filósofo francés, miembro de la Academia Francesa, pone el dedo en la llaga con su análisis personal sobre lo que “debe o no debe ser leído o escrito”. El libro comienza con un prólogo donde relata un momento de su vida particularmente complicado: se le pide que escriba y pronuncie el discurso anual de la Academia, acerca de la virtud.

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Cubierta del libro "La postliteratura". Alain Finkielkraut. Alianza Editorial, 2023.

 

Una noticia saltó a los medios hace unas semanas. En ella se revelaba que los libros de Roald Dahl, el escritor galés autor de clásicos infantiles como ‘Mathilda’ o ‘Charlie y la fábrica de chocolate’, iban a ser revisados y reescritos para eliminar términos que pudieran ser ofensivos para determinadas personas o colectivos. La polémica, aunque antigua, estaba servida: ¿Pierde valor una obra de arte por mostrar escasa o nula conciencia social, desde el punto de vista de la sociedad actual? ¿Hay que conservar las obras como son, o cabe la posibilidad de alterarlas? ¿Hasta qué punto podemos admitir la censura en todos los campos de las artes? Frente a esta situación, cada vez más compleja, el filósofo y miembro de la Academia Francesa Alain Finkielkraut publica ‘La posliteratura’ (Alianza Editorial, 2023). El libro comienza con un prólogo donde relata un momento de su vida particularmente complicado: se le pide que escriba y pronuncie el discurso anual de la Academia, acerca de la virtud. Un concepto que describe como difícil, y que en su día con sentido del humor y con la ayuda de un personaje que da pie a la reflexión central del libro: la tía Celine de ‘En busca del tiempo perdido’, de Marcel Proust. Finkielkraut parte de la reacción de este personaje ante el relato de una anécdota para reflexionar sobre hasta qué punto es aceptable la corrección política en la literatura o el arte, y si lo “políticamente correcto” puede terminar con la inspiración y el talento.

 

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El filósofo francés Alain Finkielkraut, en su departamento en París. En infobae.com

 

Polémicas aparte, el filósofo realiza un exhaustivo análisis de la situación de la mano de varios autores contemporáneos esenciales. Nombres como Salman Rushdie, Milan Kundera o Philip Roth aparecen ya desde las primeras páginas, ayudando al escritor a avanzar en sus postulados. Finkielkraut muestra su preocupación frente a una sociedad que aboga por la inclusión a través del lenguaje y la expresión artística, y que identifica a menudo a la obra con su creador. En sus páginas se analiza la “cultura de la cancelación” y se hace referencia a acontecimientos mundiales como los movimientos #MeToo y Black Lives Mattters, advirtiendo sobre lo que puede acontecer en un mundo donde el arte está sometido a la corrección, perdiendo según el análisis toda su esencia provocadora y revulsiva. En la obra se apunta directamente a conceptos, movimientos y situaciones no exentos de polémica (como el auge del animalismo o la paridad en el ámbito de los premios cinematográficos) para concluir que, a día de hoy, la literatura ha perdido su función educativa y formativa. Tal y como indica en el capítulo que cierra el libro, ‘La última batalla’: “Hemos entrado en la edad de la posliteratura. El tiempo en que la visión literaria del mundo tenía un lugar en el mundo parece estar cumplido para siempre. No es que la inspiración se haya agotado súbita y definitivamente. Siguen escribiéndose e imprimiéndose libros de verdad, pero no imprimen. Ya no tienen ninguna virtud formativa. La educación de las almas ha dejado de ser de su incumbencia”.