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- Escrito por Marta Sánchez
El polémico y prestigioso filósofo disecciona el carácter literario de las manifestaciones religiosas.
Cubierta del libro “Hacer hablar al cielo”. Peter Sloterdijk. Editorial Siruela, 2022
Desde el deus ex machina hasta la muerte de los dioses. De Platón a Dezinger. De la poesía a la libertad de religión. Son algunos de los muchos trayectos que nos propone recorrer Peter Sloterdijk en su ensayo ‘Hacer hablar al cielo’ (Ed. Siruela, 2022) de la mano de su reconocida erudición, revestida un tinte de ironía y mordacidad que hará las delicias de los lectores y lectoras inquietos. El filósofo y escritor alemán, uno de los pensadores más prestigiosos y controvertidos de la actualidad, traza en este libro un detallado recorrido sobre la religión y las religiones. Pero en lugar de asentarse en terreno conocido (analizando el concepto desde el punto de vista de la sociopolítica, la historia o la teología), el autor adopta un nuevo punto de vista: el de la teopoesía. Sloterdijk analiza los textos, las palabras atribuidas a los dioses y las formas en las que se manifiestan a los seres humanos y las trata como literatura, no como dogma o como documentos históricos. Y este recorrido comienza, como no podría ser de otra forma, en la Grecia clásica y de la mano de Homero: el poeta que otorgó a los dioses y diosas del Olimpo la capacidad de hablar. Como señala Sloterdijk en las primeras páginas del libro, “la poesía los colocó al alcance del oído humano”.
Peter Sloterdijk. Foto de Ulf Andersen/Getty Images. En infobae.com
Como en la mayoría de las culturas y sociedades de todos los tiempos, en Grecia las representaciones escénicas fueron una manifestación artística y popular de primer orden. La religión no podía estar al margen: la presencia de los entes divinos era requerida a menudo, con frecuencia para solucionar conflictos imposibles de arreglar por los seres humanos que los habían ocasionado. Surge así el célebre deus ex machina, el método en la cual los hombres hacían hablar a los dioses a través de la literatura (en este caso, dramática). “El teatro antiguo entendió tales momentos como pretextos para la introducción de un actor divino. Como un dios no podía entrar por un lado del escenario como un mensajero cualquiera, fue necesario inventar un procedimiento para poder hacerlo entrar en escena desde lo alto”, señala el escritor. Esta premisa es el punto de partida de la primera parte del libro, que evoluciona después para tratar temas fascinantes como la representación de Dios, la muerte de los dioses o la infalibilidad papal. En la segunda parte, titulada ‘Bajo altos cielos’, el autor aborda la espiritualidad a través de la poesía y la literatura y se adentra en ámbitos como las alabanzas, el ocaso de la divinidad o el género literario kerigma (la proclamación de la Buena Nueva). Si bien Sloterdijk vuelve a brillar por su erudición en un ensayo que requiere una lectura pausada y concentrada, sus textos están impregnado de un sutil sentido del humor que depara constantes sorpresas. Por ejemplo, comentar que la estrella guio hacia el portal de Belén a “los astrólogos de Oriente más populares hasta hoy”. Una razón más para disfrutar de este magnífico ensayo, tan sorprendente como revelador.
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- Escrito por Marta Sánchez
La galería inaugura la primera exposición individual del artista en España, 30 años después de la retrospectiva que le dedicó el IVAM de Valencia.
Vista de la instalación de Joel Shapiro en la sede que la Galería Cayón tiene en Menorca. En galeriacayon.com
Las obras del escultor Joel Shapiro (Nueva York, 1941) retan al espectador a enfrentarse con sus propias dudas. Los juegos de escala, la supuesta ingravidez y la engañosa ligereza de sus esculturas, que parecen flotar como piezas de papiroflexia en un chorro de aire, desafían nuestra percepción de conceptos tan “fiables” como el peso o el volumen. El artista norteamericano, una de las figuras más importantes de las artes plásticas de los siglo XX y XXI, permanece en activo y vuelve a mostrar su talento y su poesía en la exposición organizada por la Galería Cayón su sede de la isla de Menorca. No es la primera vez que Shapiro desembarca en España: en 1990, el prestigioso IVAM de Valencia organizó una gran retrospectiva de su obra. Y 30 años después, la galería nos demuestra todo lo que aún le queda por contar. La muestra, inaugurada el 10 de junio y que se puede visitar hasta el 27 de agosto, incluye grandes obras escultóricas llenas de intensidad cromática, una serie de dibujos al pastel y una instalación XXL que vibra en un escenario espectacular: el que ocupaba el antiguo Cine Victoria, y que actualmente la galería utiliza para exponer obra de gran formato.
Vista de la instalación de Joel Shapiro. En galeriacayon.com
La instalación es una pieza monumental que, tal y como la describen los responsables de la exposición, está formada por “una serie de elementos geométricos de colores básicos que, imponentes por su tamaño de casi tres metros, cuelgan a diferentes alturas”. La envergadura del espacio (12 metros de suelo a techo) y su estética industrial, en la que se han conservado las vigas de hierro, las paredes con restos de pintura y papel pintado y los desperfectos que nos hablan del paso del tiempo, hace de él un enclave ideal para el arte de Joel Shapiro. Los colores y las formas parecen flotar entre los restos del antiguo cine, invitando al espectador a salir del mundo que le rodea y a explorar otros universos regidos por la abstracción y el cromatismo. De nuevo, recurrimos a las palabras de la galería: “la obra escultórica de Shapiro […] lleva al extremo alguno de los principios básicos de la escultura, como es el de la escala, para forzar la visión del espectador, al que abstrae de la posición del que disfruta de una obra diminuta, pequeña o mediana, para ser partícipe en sus instalaciones más monumentales […]. A menudo difumina la línea entre la figuración y la abstracción, explora las posibilidades de la forma escultórica e intenta desafiar el sentido de la escala y vigorizar el sentido del espacio”. No se nos ocurre un lugar mejor para disfrutar de la obra del artista y dejarnos llevar por la música silenciosa de sus obras, etéreas y con vocación de eternas.
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- Escrito por Marta Sánchez
El escritor y poeta mexicano publica un ensayo poderoso y deslumbrante sobre la presencia del dolor en la literatura y su capacidad transformadora.
Cubierta del libro “Las cámaras secretas”. Luis Jorge Boone. Editorial Siruela, 2022
“El enfermo es Scherezade de sí mismo. Encarna una historia que empieza en los malestares, se desarrolla en forma de síntomas, encuentra su clímax en el desvelamiento del diagnóstico, que continúa en el tratamiento y llega a su final, con la muerte o la salud”. Este párrafo forma parte de la introducción al ensayo ‘Las cámaras secretas. Sobre la enfermedad, el dolor y el cuerpo en la literatura’, escrito por Luis Jorge Boone y publicado por la Editorial Siruela. Tanto el contenido como la estructura y el estilo nos dan pistas sobre el tipo de libro al que nos enfrentamos: un ensayo que también es poesía, y que se adentra en el dolor como concepto pero también refleja la identidad del propio autor. El poeta y narrador mexicano recoge en sus páginas diez años de investigación y reflexión sobre un tema muy poco común en el debate social: el dolor y la enfermedad, dos tabús en un mundo en el que cualquier sufrimiento es erradicado, e incluso negado, desde sus orígenes. El enfoque del autor sobre un tema tan duro y complicado hace del libro un auténtico placer: a través de una prosa que es también ensayo y poesía, nos invita a tomar consciencia con la importancia del dolor como transformador de la vida y del arte. Un dolor que puede ser tan insoportable y demoledor como generador de cambio y de creación, y que se va analizando capítulo a capítulo. Boone nos invita aquí a descubrir “la enfermedad como espejo y relato. El dolor como vehículo de transformaciones. El cuerpo como infierno e impensado paraíso. El amor y su ambigua naturaleza de gozoso tormento”. Y cómo resistirse…
Luis Jorge Boone. Foto del Archivo El Universal en eluniversal.com.mx
Dentro de una clasificación que él mismo define como “libros del cuerpo feliz y libros del cuerpo doliente”, el escritor escoge, evidentemente, hablar sobre los segundos. Como muy acertadamente señala, cuando el dolor o la enfermedad aparecen en un relato nunca son meros accesorios: su vocación es de protagonismo. Una simple molestia puede convertirse en una bola de nieve que vaya creciendo y creciendo, hasta absorber las páginas y volverse el auténtico leitmotiv de la trama. A lo largo del libro, Boone estructura una serie de capítulos con títulos como Diagnosis, La lucha con el ángel o Breve antología del amor crepuscular. En ellos articula un texto que nos hace fluir entre las reflexiones que el autor ha ido destilando, tras mucho leer y mucho experimentar, y los distintos autores y autoras que han tratado el tema del dolor y la enfermedad en sus obras. Nombres como Susan Sontag, Thomas Mann, John Banville o H. P. Lovecraft, entre otros, aparecen en las páginas y brillan bajo el acertado y hermoso análisis del autor, que no duda en reflejar también el tema del mal de amores (un dolor y una enfermedad más, al fin y al cabo) o en hablar de su propia “historia personal del dolor” en los capítulos finales. Nada mejor que adentrarse en estas “cámaras secretas”, tan reconocibles como ocultas, para encontrar nuestro propio reflejo doliente y vivir desde dentro las historias más desgarradoras y brillantes de la literatura.
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- Escrito por Marta Sánchez
Wet Labryrinth (With Spontaneous Landscape) es el nombre de la instalación encargada a la artista por la institución londinense.
La instalación 'Wet Labyrinth (With Spontaneous Landscape)' en el Patio Anneberg de la Royal Academy of Arts de Londres.
“Busco crear un contrapunto entre lo que existe y lo que yo quiero poner ahí”, señala Cristina Iglesias sobre su trabajo. La artista donostiarra afincada en Madrid es una de las creadoras más importantes de la actualidad, y su obra se reparte en museos y espacios públicos de todo el mundo. Reconociendo su relevancia y trayectoria artística, la Royal Academy of Arts de Londres encargó una obra site-specific a Iglesias para ubicarla en el Patio Anneberg de su sede. Al mismo tiempo, la galería Gagosian de la capital británica ha inaugurado una exposición con algunos de sus últimos trabajos: la escultura inmersiva Crecimiento y varios murales de la serie Entrelazado. El nombre de la escultura realizada para la RA, ‘Wet Labryrinth (With Spontaneous Landscape) / Laberinto húmedo (Con Paisaje Espontáneo)’, nos habla de las constantes que investiga la creadora en su obra: la presencia del agua, las formas laberínticas y entrelazadas y la interacción con el entorno.
Vista interior de 'Wet Labyrinth (With Spontaneous Landscape)'
En una entrevista con la revista online Wallpaper, Iglesias señalaba que la obra es un juego con la percepción. “Crea una experiencia para el visitante que entra en ella, en la que lo real (la estructura y el mundo exterior), la ficción (las paredes de fundición) y el reflejo (los espejos) se entrelazan con intensidad. La sensación de humedad que hay dentro de la estructura, conjuntamente con el sonido del agua que cae sobre el suelo, añade otras dimensiones”. En origen, su presentación estaba programada para el año 2020; la pandemia y sus consecuencias retrasaron dos años esta inauguración, que llega ahora coincidiendo con la muestra de la galería Gagosian. La instalación invita al recogimiento y a la intimidad; tras el confinamiento y la distancia social impuestos durante estos años, este aspecto cobra un nuevo sentido. Los trabajos de Cristina Iglesias interactúan siempre con el entorno, se funden con el paisaje e intervienen en la naturaleza sin invadirla. Son constantes que quedan patentes, por ejemplo, en ‘Hondalea’ (2021), una intervención realizada en el faro de la Isla de Santa Clara, en San Sebastián y que ella considera “su obra más extrema”: una instalación que se convierte en un viaje real e imaginado, que juega con el mito y con el concepto del abismo. Wet Labryrinth (With Spontaneous Landscape) no solo mantiene esta esencia, sino que además lleva la obra de la artista al entorno de una de las instituciones más importantes del circuito del arte, a nivel mundial.
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- Escrito por Argos
El pasado sábado 10 de septiembre se llevó a cabo en los espacios de La Fundación SZ la presentación del proyecto de residencia artística “El Núcleo” de la mano de Cerquone Gallery. Se trató de la presentación de cierre del artista Sebastián Oliver, mejor conocido como Grip Face.
El pasado sábado 10 de septiembre se llevó a cabo en los espacios de La Fundación SZ la presentación del proyecto de residencia artística “El Núcleo” de la mano de Cerquone Gallery. Se trató de la presentación de cierre del artista Sebastián Oliver, mejor conocido como Grip Face.
“El Núcleo” consiste en una residencia de artistas donde estos se encontrarán viviendo una temporada en Segovia, en contacto con la naturaleza, en un espacio alejado de la cotidianidad citadina, donde el artista se encontrará experimentando una vivencia completamente distinta que buscará ser reflejada en las obras que creará durante su tiempo residiendo en dicho espacio.
La residencia ayuda al artista a encontrar ese tiempo de reposo de la conciencia, le invita a profundizar en sí mismo sin un objetivo concreto, a dejarse vivir por el flujo de lo que siente, de lo que percibe, de lo que anhela, y, de ese modo, un paseo cualesquiera, a pie o a caballo, se transfigura en un conjunto de imágenes cuya singularidad evoca piezas maestras.