“Artistas en los campos nazis”. Javier Molins nos muestra el arte en la antesala de la muerte

Comparte
FaceBook
  Twitter

Este libro de magnífica edición reúne los dibujos realizados por 77 artistas en los campos de concentración nazi. Un testimonio escalofriante, y al mismo tiempo esperanzador.

 FOTO FRONTAL 2 1

Cubierta de “Artistas en los campos nazis”. Javier Molins. Diseño de Ana Artlis. Nagrela Editores, 2019

 

“El hombre es el único ser capaz de crear imágenes de forma consciente, lo que comúnmente denominamos ‘arte’; al mismo tiempo, es el único capaz de organizar de forma sistemática una gran matanza de miembros de su misma especie”. Con estas palabras Javier Molins resume a la perfección el libro “Artistas en los campos nazis”, publicado en 2019 por Nagrela Editores y con un excelente diseño a cargo de Ana Artlis. El libro constituye un impresionante testimonio de la vida en los campos de concentración nazis, un reflejo directo captado por ojos que vieron la muerte, la tortura y la supervivencia en primera línea. En sus páginas se reproducen dibujos de setenta y siete artistas que vivieron en los campos, muchos de los cuales no sobrevivieron al Holocausto. Los dibujos no solo constituyen un testimonio imprescindible de las condiciones de vida de los presos, sino que también muestran una calidad artística excepcional: más aun, como comenta su autor, teniendo en cuenta que muchos de autores y autoras se sabían en la antesala de la muerte. Algunos de estos dibujos fueron pruebas esenciales en los tribunales que juzgaron posteriormente a los nazis; es el caso de los de Józef Szajna, actualmente expuestos en el Museo de Auschwitz.

 

 

Presentación a cargo de Javier Molins, el editor Rubén Lerner y la diseñadora del libro, Ana Cortlis (Centro Sefarad-Israel).

 

Javier Molins, Doctor en Bellas Artes por la UPV, periodista y profesor de la Royal Academy of Arts de Londres, ha elegido un dibujo icónico para la portada. Con el título de “Nuestras Biografías” y realizada entre 1944 y 1945, la imagen ronda la abstracción y resulta impactante por su cualidad testimonial: unas hileras de líneas verticales y círculos negros reflejan filas de personas con el tristemente célebre “pijama de rayas”, y nos recuerda el intento de deshumanización llevado a cabo por los nazis. En el interior del libro encontramos otros dibujos, algunos de ellos más realistas, otros igualmente esquemáticos. Pero todos ellos destilan autenticidad, inmediatez y horror, así como la necesidad del ser humano de crear arte y belleza incluso en las condiciones más difíciles. Son las obras de Esther Lurie, Zoran Mušic o Jan Baras-Komski, entre muchos otros, prisioneros en los campos de Kaunas, Dachau, Auschwitz o Mathausen: testimonios de algunos artistas que no lograron sobrevivir, y otros de quienes sí lo consiguieron. Son casos como el de Maja Berezowska o el del español José Cabrero Arnal, que conservó su vida gracias a los dibujos eróticos que realizaba a petición de sus carceleros. El libro es, por lo tanto, un homenaje a la supervivencia y a la pervivencia de la condición humana a través del arte: un testimonio inolvidable de quienes conservaron su cualidad de ser humano por encima del horror.