Rafael Narbona aporta una nueva luz sobre la mística en “Peregrinos del Absoluto”

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El libro analiza la experiencia de doce personajes clave y ofrece un punto de vista innovador, apasionado y apasionante.

 peregrinos absoluto

Cubierta del libro “Peregrinos del Absoluto”. Rafael Narbona, 2020. Editorial Taugenit

 

Sobre la palabra “mística”, la Real Academia Española nos ofrece una escueta y certera definición no exenta de poesía: “Parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa, y del conocimiento y dirección de los espíritus”. Pero en esta ocasión, es evidente que la definición se queda corta. No es fácil describir la experiencia mística en tan pocas palabras, como tampoco lo sería definirla en miles de páginas. Por lo tanto, en su libro “Peregrinos del Absoluto” (2020, Ed. Taugenit) Rafael Narbona ha optado por dejar hablar a quienes la vivieron como parte activa de sus vidas. El libro, un ensayo de altísimo nivel, dedica doce capítulos a doce personajes que experimentaron o buscaron la unión con lo trascendental de muy distintas formas. Su autor apuesta de forma decidida por un estilo intenso, que se adapta a la perfección a la potencia de la propia experiencia mística; y al mismo tiempo, señala la necesidad de dicha experiencia en nuestro mundo actual. “Ser místico ya no será una posibilidad, sino una necesidad en un mañana que empuja a los dioses hacia un exilio sin grandeza”, afirma en sus primeras páginas. Una necesidad, la de formar parte de un todo inaprehensible y que supera en mucho a nuestra capacidad de comprensión, que ha acuciado al ser humano desde el principio de los tiempos.

 

 

Rafael Narbona presenta su libro “Peregrinos del Absoluto” en el Centro Sefarad-Israel de Madrid.

 

“Peregrinos del Absoluto” nos transporta a las vidas de doce personalidades, que dejaron huella en sus tiempos y en épocas posteriores. Santas y santos como Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz, sí; pero también pensadores y pensadoras como Simone Weil o Miguel de Unamuno, o poetas como Cioran o Rilke. Uno de los aspectos más interesantes de la selección es que estamos ante un grupo de “contemplativos de la acción”, como el propio Narbona los define: personas que viven o buscan su particular experiencia desde la palabra o la acción. Son poetas, escritores, pensadores, activistas, artistas… Y probablemente, lo que es común a todos ellos (y al propio autor) es la búsqueda: no tanto la experiencia vivida, como la necesidad de vivirla. Una necesidad que persigue sacarnos a de un mundo de consumo inmediato y vacuo, y llevar al Yo a ese lugar donde termina la razón y empiezan la fe y la espiritualidad. Conceptos que, además, no tienen por qué ser necesariamente religiosos, sino que también son filosóficos. Así, Rafael Narbona consigue con este magnífico ensayo acercarnos un poco más a la experiencia mística. En sus propias palabras, a la “interiorización de un Dios personal”.