Víctor Gómez Pin apela a "El honor de los filósofos" que no renunciaron a sus ideas

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aEl ensayista, filósofo y catedrático emérito dedica un libro brillante y profundo a una serie de pensadores y pensadoras que se enfrentaron a la sinrazón.

 El honor de los filosofos

Cubierta del libro “El honor de los filósofos”. Víctor Gómez Pin, 2020. Editorial Acantilado.

 

Tal y como Víctor Gómez Pin comentó en una entrevista para El Cultural, “nunca ha habido un buen tiempo para la filosofía”. Nuestra época no es mucho mejor: las sociedades se rinden al olvido y la desconexión, al tiempo que los programas educativos relegan esta disciplina a un segundo plano (o incluso proponen hacerla desaparecer del temario escolar). El peligro que suponen las mentes pensantes para distintas instituciones y colectivos, desde las religiones establecidas hasta los gobiernos o las propias comunidades de pensadores, hizo que muchos de ellos tuvieran que retractarse de sus fundamentos filosóficos para conservar su vida y sus bienes. En “El honor de los filósofos” (Ed. Acantilado, 2020), Gómez Pin dedica un magnífico compendio de capítulos a los que, por el contrario, nunca se rindieron. El ensayista y catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona estructura las páginas del libro en varios capítulos, reunidos en secciones que agrupan a los pensadores y pensadoras según aquello a lo que tuvieron que enfrentarse. Así, encontramos a Giordano Bruno y a Miguel Servet manteniendo sus postulados científicos frente a la iglesia católica de la época; o a Voltaire y a Condorcet, sufriendo las contradicciones de la Revolución Francesa. Los nombres se suceden y atraviesan siglos y escuelas de pensamiento, dando cabida a clásicos como Plinio, a pitagóricos como Hipaso de Metaponto o a protofeministas como Olympe de Gouges.

 

 

Víctor Gómez Pin reivindica a la filosofía como Patrimonio de la Humanidad, y habla sobre los pensadores que aparecen en su libro “El honor de los filósofos”. En Aprendemos Juntos.

 

Frente a otros pensadores cuya resistencia se vio doblegada (a todos se nos viene a la mente el ejemplo de Galileo, y su célebre “y sin embargo, se mueve”), las páginas de este libro las protagonizan aquellos que identificaron “pensar” y “ser”. Es decir: que piensan firmemente que ambas cosas son lo mismo, y que es imposible una vida sin pensamiento. Una postura muy peligrosa; un riesgo que ha quedado demostrado en repetidas ocasiones, a lo largo de la historia humana. Como comenta Víctor Gómez Pin en el prólogo: “el pensamiento conduce a dudar de que las creencias en las que se sustenta el orden social sean realmente consistentes. Y si al descubrir una grieta en el edificio, en lugar de intentar recubrirla se contempla la falla estructural que la origina, entonces se está desarticulando el hogar común del colectivo que puede revolverse contra el saboteador”. Para plasmar el contenido, el autor renuncia a estructurarlo como un mero compendio de biografías; en cambio, apuesta por un enfoque directamente filosófico. No se limita a contarnos qué pasó o por qué sucedió, sino que inscribe el ideario de cada personaje en las escuelas, épocas y planteamientos filosóficos vigentes en la época. “En muchos capítulos del libro”, señala, “la presentación del protagonista va acompañada por una exposición sintética de una parte significativa de su pensamiento, así como del contexto de problemas teoréticos en el que éste se despliega”. De esta manera, el libro de Gómez Pin constituye un fascinante despliegue de humanismo, amor por la razón y principios éticos: un homenaje a quienes no renunciaron a algo que, sin serlo estrictamente, consideraban fundamental para vivir. En palabras del autor: “personas que mantuvieron la entereza en circunstancias que hacían extremadamente difícil guardar fidelidad a las exigencias del pensamiento; personas que, en consecuencia, rechazaron postulados religiosos, políticos o científicos que no superaban la prueba del recto juicio”.