La instalación "Arnasa" de Maider López descubre la respiración del Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Tras dos meses y medio de inactividad, la pinacoteca bilbaina vuelve a la vida y lo celebra con la instalación Arnasa de Maider López. Una intervención site-specific que juega con el interior y el exterior del museo.

 

Instalación “Arnasa” de Maider López. Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2020

 

El estado de alarma derivado de la pandemia del Covid-19 ha tenido un impacto directo sobre las instituciones culturales. Los museos se han visto especialmente afectados por la situación, viéndose obligados a cerrar sus puertas y colecciones a los visitantes durante dos meses y medio. En este sentido la artista Maider López ha tenido una oportunidad privilegiada al poder recorrer los pasillos, salas y galerías del Museo de Bellas Artes de Bilbao en completa soledad. Este recorrido en solitario no fue una acción gratuita sino el punto de partida de la instalación Arnasa, que actualmente se puede admirar en la pinacoteca. Realizada como parte de La Obra Invitada, es la primera pieza del programa que ha sido encargada ex profeso para el museo. La obra juega con el exterior y el interior del edificio: situado en un emplazamiento de excepción junto a los Jardines de Doña Casilda, el entorno permite rodearlo y sentir de cerca la potencia de Arnasa. En palabras del director del museo, Miguel Zugaza: “la posibilidad de pasear alrededor de su arquitectura nos ofrecía una oportunidad única para sacar al museo de dentro hacia afuera". La elección de Maider López también ha sido fruto de una profunda reflexión. Se trata de una creadora originaria de Euskadi, “con un extraordinario perfil internacional y que trabaja desde hace años con la arquitectura y los espacios urbanos, proponiendo paradojas y nuevas formas de relacionarse con lo cotidiano", según indicó Zugaza al diario Deia.

 

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Apertura de Txango Bat by Kukai Dantza. Foto: Museo de Bellas Artes de Bilbao

La instalación de López no es la única acción que celebra la reapertura del museo; junto con BBK, la institución ha producido la pieza musical y coreográfica Txango Bat, inspirada por el alfabeto de la colección y que puede contemplarse al completo en el audiovisual grabado por el museo.

 

Txango Bat de Kukai Dantza. Museo de Bellas Artes de Bilbao y BBK, 2020.

 

La instalación es un despliegue de sutileza y armonía. Lejos de otras propuestas, de cariz monumental o enfocadas a sorprender, Arnasa está planteada para sentir más que para ver. Se trata de un montaje nocturno, que juega con la iluminación interior del museo para crear la sensación de que el edificio está vivo… y respira. Durante su recorrido en solitario por las galerías cerradas, Maider López percibió “que las obras habían permanecido allí aunque nosotros no pudiéramos verlas. Sentí una potente sensación de vida". La artista recreó esta sensación a través de la luz, que al ritmo de una respiración pausada y serena ilumina las fachadas a través de las ventanas. Durante la noche y desde el exterior, es posible percibir las obras de arte que cuelgan de sus paredes y habitan sus espacios. Y al mismo tiempo, sentir el latido de un edificio que alberga una de las mejores colecciones de arte de Europa. Sobre la instalación, el momento en el que se ha realizado y su significación en el arte contemporáneo, Javier Novo (coordinador de Conservación e Investigación del Museo de Bellas Artes de Bilbao) comentó: “Supone un hito para la historia de este museo: activa un edificio estático que ahora vuelve a coger un cierto dinamismo. Lleva a un nuevo plano la existencia propia del museo”. Arnasa nos demuestra así que el arte no hiberna durante los confinamientos, sino que espera, respira y sobrevive para volver a emocionar.