“La chica de la Leica” o la mujer detrás del fotoperiodista

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La novela de Helena Janeczeck recupera la figura de Gerda Taro, fotógrafa, reportera y co-creadora de la mítica figura de Robert Capa. Un libro imprescindible que llega a las librerías españolas este mes, avalado por los premios italianos Strega y Bagutta 2018.

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Fotografía de Gerda Taro. En lavanguardia.com

 

Gerda Taro tiene el dudoso y triste honor de ser considerada la primera fotorreportera muerta en el campo de batalla. Y aún así, los logros y la brevísima y fulgurante vida de esta periodista y fotógrafa le merecen un lugar especial en la historia del siglo XX, del periodismo y de la fotografía. Fallecida en el año 1937, mientras cubría la Batalla de Brunete y a la temprana edad de 27 años, la fotoperiodista es injustamente famosa por haber sido pareja de André Friedmann, pseudónimo de Robert Capa. Porque en realidad Capa fue un personaje creado ex- aequo por Friedmann y Taro, cuya firma aparecía indistintamente en las fotografías realizadas por ambos. Su figura ha sido reivindicada últimamente en una novela muy especial: “La chica de la Leica”, de la escritora afincada en Italia Helena Jacnececk. Gerda Taro, cuyo nombre real era Gerta Pohorylle, aparece en las páginas del libro vista desde una nueva luz: como una figura deslumbrante y carismática, que generó a su alrededor torbellinos de vida y de creatividad.

 

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Foto de Gerda Taro en la portada de “La chica de la Leica”. En wmagazin.com

 

Para esta novela, Helena Jacnezeck ha realizado un exhaustivo trabajo de investigación. Además de la búsqueda y contrastado de la documentación, también conversó por teléfono con Willy Chardack y Georg Kuritzkes: dos personajes (reales) fundamentales en la novela, que conocieron a Gerda Taro y sintieron el hechizo de su poderosa personalidad. La personalidad de Taro llegaba a eclipsar la de su famosísimo compañero y amante, tal y como se puede entrever en algunos párrafos del libro: “Gerda sabía dirigirse a casi todos los brigadistas en su propio idioma, con un par de frases conquistaba a batallones y generales, hechizaba a comisarios políticos y a censores. Gerda, tan amada por los corresponsales de prensa extranjeros y por los poetas y escritores”. La novela de Janeczeck devuelve el lugar que se merece a la figura de Gerda Taro, muchas de cuyas fotografías han sido atribuidas injustamente a André Friedmann por llevar la firma del mítico Robert Capa. Un libro, en definitiva, que gira alrededor de una estrella de brillo breve pero intenso, y que nos muestra una época dura y convulsa bajo la luz del compromiso, el arte y la alegría de vivir de una mujer excepcional.